Los lunares, o nevus melanocíticos, son lesiones benignas que crecen sobre la piel cuando las células productoras de pigmento de la piel – los melanocitos – crecen en grupos. La gran mayoría de las personas tiene varios de ellos en la piel. Suelen desarrollarse durante la infancia o la adolescencia, y pueden ir creciendo con el tiempo. Normalmente, los nevus son marrones claros u oscuros, negros, e incluso rosados, en personas de piel clara. Generalmente son redondos u ovalados, y de pequeño tamaño, y se reconocen fácilmente debido a su aspecto característico.


Las personas con lunares atípicos tienen un mayor riesgo de desarrollar melanoma. Este riesgo, asimismo, se incrementa al aumentar el número de lunares y en personas que pasan mucho tiempo expuestas al sol, sobre todo en personas que han sufrido quemaduras solares intensas durante la infancia o la adolescencia o que han visitado con frecuencia cabinas de bronceado de rayos ultravioleta. Además, hay también un factor hereditario para la predisposición a tener lunares atípicos.


Los lunares atípicos suelen ser de varios colores, asimétricos, y con formas y bordes irregulares. Basándonos en la regla "ABCDE" podemos determinar si un lunar, mancha o lesión pigmentada puede ser sugestiva de melanoma:

  • «A»: asimetría. Una mitad es diferente de la otra.
  • «B»: borde. Busca lunares que tengan bordes irregulares, o mal definidos.
  • «C»: color. Nos deben llamar la atención lunares que hayan cambiado de color, que tengan muchos colores o que presenten un color irregular.
  • «D»: diámetro: nuevos crecimientos en lunares que tengan más de 6 mm de diámetro (mayores del tamaño de la "goma de borrar de un lapicero")
  • «E»: evolución. Presta atención a los lunares que cambian de tamaño, forma, color o altura, en especial, si parte de un lunar o su totalidad se vuelve negro, rojo o azul. Los lunares también pueden evolucionar y producir nuevos signos y síntomas, como picazón o sangrado.

Además, si un lunar genera dolor, picor o sangrado, debería ser valorado por un dermatólogo, para valorar la posibilidad de que se pueda tratar de una lesión maligna.


Las personas con más de 50-100 lunares, lunares atípicos, lunares de aparición brusca y personas con antecedentes familiares de melanoma deben seguir revisiones de sus lesiones pigmentadas en el dermatólogo, y deben estar atentos a los signos y características del melanoma.


En la consulta de dermatología inspeccionaremos todos los lunares de tu cuerpo de manera integral, y realizaremos técnicas específicas para el estudio de las lesiones pigmentadas, como la dermatoscopia de mano. Mediante esta técnica, también conocida como microscopía de epiluminiscencia, podemos examinar estructuras de los lunares que no son visibles a simple vista con el ojo desnudo y podemos distinguir si se trata de lesiones benignas o de lesiones atípicas o melanomas.


Por último, en la consulta de dermatología, te podremos explicar cómo y cada cuánto tienes que hacer revisiones, consejos para una autoexploración en el propio domicilio y consejos acerca de fotoprotección, esencial como táctica para la prevención del melanoma.