Se denomina lipofilling al injerto de células grasas del paciente en distintas zonas anatómicas, bien con fines estéticos, para producir un aumento de volumen, bien para corregir defectos derivados de un traumatismo o una cirugía previa. Lo que se pretende conseguir es que estas células grasas "prendan" en las zonas anatómicas donde son injertadas de manera que el resultado sea definitivo.

La limitación de esta técnica es que no pueden realizarse grandes aumentos de volumen en un solo procedimiento, ya que para que las células prendan, necesitan ser situadas en un lecho bien vascularizado. Cuando se acumulan demasiadas capas celulares en un solo tiempo, a las capas más superficiales no les llega la vascularización necesaria y mueren.

Existen múltiples indicaciones para realizar este procedimiento: aumento de volumen estético facial (fundamentalmente labios y pómulos), reparación de cicatrices deprimidas en cualquier región anatómica, reparación de secuelas de otras cirugías (complemento en la reconstrucción mamaria, zonas deprimidas por liposucciones previas), etc.…

La realización de esta técnica consta de tres pasos: obtención de las células grasas del paciente, tratamiento especial de dichas células y, finalmente, injerto de las células grasas en la zona anatómica a tratar. La obtención de las células grasas se realiza mediante una pequeña liposucción con cánulas especiales de una zona donde haya células grasas en abundancia ( abdomen, caderas ). Las células obtenidas se someten a un proceso de centrifugación para seleccionar únicamente aquellas que son viables. Finalmente las células son injertadas en la zona a tratar, realizándose una mínima incisión, con la ayuda de pequeñas cánulas diseñadas especialmente para este tipo de procedimientos.

Dependiendo de las zonas a tratar y su amplitud, este procedimiento puede realizarse en régimen ambulatorio, bajo anestesia local, o bajo anestesia local y sedación, con unas horas de estancia postoperatoria en hospital de día. Esta técnica conlleva la formación de una reacción inflamatoria y la aparición de pequeños hematomas, tanto en la zona de la que se obtienen las células grasas (generalmente caderas o abdomen, mediante una pequeña liposucción ), como en la zona de tratamiento donde son injertadas. Por lo tanto, cuando la zona de tratamiento es visible, como la cara, tendrá que tenerse en cuenta que permanecerá inflamada y con pequeños hematomas durante un par de semanas. Por lo demás, los pacientes podrán realizar una actividad completamente normal.

El resultado definitivo se valorará en varios meses, cuando el proceso inflamatorio haya desaparecido. Entonces podrá evidenciarse qué porcentaje de las células injertadas han prendido. Cuando los defectos a tratar son amplios, será necesario repetir el procedimiento varias veces para obtener el resultado deseado.