Aumento mamario

Consideramos la mamoplastia de aumento (MPA) como una cirugía que además de aumentar el volumen de la mama, la remodela y le da una forma natural y un tamaño proporcionado a las dimensiones del torso y al cuerpo de la paciente, al tiempo que se adapta a sus gustos y estilo de vida. Para un óptimo resultado es imprescindible una valoración individualizada de cada paciente para optar por el implante ideal en cada caso. Para ello hemos desarrollado un método de elección de implantes basado en las proporciones corporales de la paciente.

En los casos en los que no existen malformaciones asociadas ni caída de la mama y por tanto no hay que modificar la forma ni la posición de la areola, la vía de abordaje que preferimos es la incisión en el surco submamario. Los motivos para esta elección son múltiples:

  1. Menor visibilidad: La areola es el centro óptico de la mama, por lo que cualquier cicatriz a ese nivel va a ser más visible que una cicatriz de igual calidad situada en el surco submamario, un lugar al que habitualmente nadie mira. Además, la incisión se sitúa en el punto más bajo de la mama, por lo que la caída natural de la misma habitualmente la tapa por completo.
  2. Menor pérdida de sensibilidad: Las alteraciones de la sensibilidad son más numerosas y más severas usando la areola como vía de abordaje.
  3. Contractura capsular: La flora bacteriana de la piel de la areola y el pezón es mucho más rica que la del surco submamario. Por tanto, la contaminación del implante que inicia la contractura capsular tiene más posibilidades de ocurrir si usamos la vía areolar que si usamos el surco submamario.


La ubicación habitual del implante o prótesis mamaria es detrás del músculo pectoral. Esta posición asegura un resultado más natural porque aumenta el grosor de tejidos entre la piel y el implante, por lo que los bordes del mismo no son apreciables, y reduce la incidencia de contractura capsular al actuar de barrera entre la glándula y el implante. Además facilita la valoración de la mama en mamografías y resonancias magnéticas,

La colocación del implante en posición submuscular no interfiere nada en la práctica deportiva u otras actividades que precisen participación del músculo pectoral; incluso en atletas profesionales, se puede usar este alojamiento sin comprometer la actividad muscular.

Para la cirugía de aumento mamario utilizamos implantes de forma anatómica. Solo utilizando implantes anatómicos se puede conseguir reproducir la forma natural del pecho femenino. Además el implante anatómico permite en casos de ptósis (caída) moderada elevar el pecho sin cicatrices adicionales.

La mamoplastia de aumento se realiza bajo anestesia general y en régimen de ingreso hospitalario. La paciente ingresa en el Hospital la mañana de la cirugía. Antes de la intervención es visitada en la habitación para el marcaje preoperatorio, en el que dibujamos sobre la piel una serie de líneas que serán las referencias durante la intervención.

Tras realizar la incisión en el surco submamario, se accede al espacio detrás del músculo pectoral donde se crea el bolsillo que alojará el implante. La coagulación de todos los vasos sanguíneos forma parte importante de esta fase de la intervención. Además se coloca un drenaje en cada mama. Una vez preparado el bolsillo y colocado el drenaje, se procede a la introducción del implante en la posición correcta. Posteriormente se cierra la incisión capa por capa y se cubren las heridas con unos apósitos.

Durante el primer día, recibirá varias visitas del equipo médico para confirmar que la evolución es la adecuada y no surgen complicaciones.
Durante la intervención y a lo largo de los primeros días del postoperatorio, la paciente recibe tratamiento antibiótico para prevenir no solo infecciones, sino también la contractura capsular.

La mañana siguiente a la intervención la paciente recibe su primera cura postoperatoria, se le retiran los drenajes (en la gran mayoría de los casos) y recibe también el primer masaje de drenaje linfático por parte de nuestro equipo de fisioterapia. Antes de marcharse a casa se le coloca un sujetador ortopédico que deberá llevar durante un mes.

Durante el postoperatorio son normales molestias del tipo agujetas, sensación de presión y sensación de subida de la leche, pero el dolor no es la norma. Somos partidarios de una incorporación rápida a la vida normal, lo cual sucede aproximadamente a la semana de la intervención. Debe evitarse durante el primer mes el ejercicio físico intenso y cargar mucho peso.

Además de las curas para seguir la evolución de la mama, consideramos una parte fundamental del postoperatorio el tratamiento por parte de nuestro equipo de fisioterapia, destinado a reducir la inflamación y las molestias, acelerar la recuperación y prevenir la contractura capsular. Asimismo, hemos desarrollado un protocolo para el tratamiento de las cicatrices que reduce al máximo la incidencia de cicatrices hipertróficas.

Reducción de mama

Se denomina hipertrofia mamaria al volumen excesivo de los senos. Su aumento puede aparecer como síntoma aislado, sobre todo en pacientes jóvenes (hipertrofia juvenil) o acompañado de la caída del pecho (hipertrofia con ptosis).También puede estar asociada a la obesidad. Para definir una hipertrofia mamaria hemos de tener en cuenta las características sociales, pero sobre todo, el biotipo de la mujer: el peso, altura, anchura del tórax y estructura osteomuscular.

Unos senos demasiado grandes pueden acarrear no sólo problemas físicos sino también alteraciones psíquicas en grado variable. La inaceptación de la propia imagen corporal llega, incluso, a la negación de dicha parte del cuerpo, ocasionando trastornos en la esfera de las relaciones, sobre todo en el aspecto psicosexual.

Durante la primera consulta, se evaluará el tamaño y la forma de las mamas, la firmeza de la piel y su estado general de salud. Se realizará, además, una exploración para tomar una serie de medidas y fotografías para planificar la cirugía sobre ellas. Se le explicarán las técnicas, se discutirá el tamaño y la forma que tendrán su mamas y las opciones o la combinación de procedimientos mejores para usted. Debe exponer sus expectativas de manera sincera, para que se le muestren las alternativas disponibles. Aconsejamos anestesia general y un ingreso hospitalario de 24horas.

Las cicatrices:
En la mayoría de los casos vamos a tener una cicatriz alrededor de la areola, una en el surco de la mama y otra vertical que une ambas. Al principio, las cicatrices son de muy buena calidad, pero van a sufrir un período natural de maduración durante el primer año; de modo que a los 2-3 meses estarán enrojecidas y habrá que tratarlas con mucho empeño para conseguir un resultado óptimo. Progresivamente se irán aclarando hasta adoptar el aspecto de cicatriz madura, haciéndose imperceptibles en algunos casos.

La intervención suele durar entre 2 y 3 horas, tras la cual pasará a una sala de reanimación y luego a su habitación. En el postoperatorio inmediato es normal que aparezcan un poco de líquido o pequeñas costras a nivel de las incisiones. A las 24h retiraremos los drenajes y sustituiremos el vendaje por un sujetador especial.

La sutura es interna pero los extremos se retiran en 1 semana. Durante el primer mes será necesario el control en las consultas, así como los masajes de drenaje linfático que comenzarán de forma indolora al día siguiente de la intervención.

Lo habitual es encontrarse algo cansada unos días, pero podrá hacer vida casi normal en 24 ó 48 horas. No suele ser doloroso y las molestias ceden con la medicación prescrita, aunque las mamas pueden molestar un par de semanas. La primera menstruación tras una reducción puede hacer que las mamas se hinchen y duelan más.

Precisará revisiones durante los meses siguientes, para controlar su evolución.