Con el paso del tiempo, la fuerza de la gravedad y la pérdida de elasticidad de la piel hacen que las mamas sufran modificaciones en cuanto a función y forma. Cuando la mama está caída hablamos de ptosis mamaria. Existen distintos grados en función de la localización del complejo areola-pezón, por lo que tanto una mama grande como pequeña puede presentar ptosis.

La cirugía para la corrección de la ptosis mamaria se denomina mastopexia. Durante la primera consulta, se evaluará el tamaño y la forma de las mamas, la firmeza de la piel y su estado general de salud. Se realizará, además, una exploración para tomar una serie de medidas y una serie de fotografías para planificar la cirugía sobre ellas. Se le explicarán las técnicas, se discutirá el tamaño y la forma que tendrán sus mamas y las opciones o la combinación de procedimientos mejores para la paciente. A su vez, ésta debe exponer sus expectativas de manera sincera, para que se le muestren las alternativas disponibles.

Hay 2 situaciones de ptosis mamaria en las que indicamos el uso de implantes mamarios: En primer lugar, en caso de ptosis leve donde además se desea un aumento del volumen mamario. Y en segundo lugar, en mujeres que tienen una mama pequeña pero muy ptósica. Lo que ocurre es que tenemos una escasa cantidad de tejido mamario en relación a un gran exceso de piel, de modo que aunque reduzcamos el continente en gran medida, el contenido es insuficiente. Los implantes mamarios que utilizamos son siempre con forma anatómica.

Las cicatrices van a depender de la mama previa y de los deseos de la paciente. En términos generales, cuanto más volumen se desea menos cicatrices son necesarias para conseguir una mama armónica y viceversa. Así, podemos tener una cicatriz en el surco submamario, o una cicatriz alrededor de la areola, o bien a esta última añadirle una vertical y/o una horizontal en el surco mamario. Las cicatrices precisarán un cuidado postoperatorio esmerado para un buen resultado.

Aconsejamos anestesia general y un ingreso hospitalario de 24horas. La intervención suele durar entre 2 y 4 horas, tras la cual pasará a una sala de reanimación y luego a su habitación. En el postoperatorio inmediato es normal que aparezcan un poco de líquido o pequeñas costras a nivel de las incisiones. A las 24h retiraremos los drenajes y sustituiremos el vendaje por un sujetador especial. La sutura es interna pero los extremos son visibles y se retiran en 1 semana. Durante el primer mes será necesario el control en las consultas, así como los masajes de drenaje linfático.

Lo habitual es encontrarse algo cansada unos días, pero podrá hacer vida casi normal en 24 ó 48 horas. Las molestias varían desde un ligero escozor a presión o sensación de agujetas si fue necesario usar un implante. De todas formas, se controlan bien con la medicación prescrita, aunque las mamas pueden molestar un par de semanas. La primera menstruación tras una mastopexia puede hacer que las mamas se hinchen y duelan más. La paciente precisará revisiones durante los meses siguientes, para controlar su evolución.

Tras una mastopexia, la paciente podrá volver al trabajo en 5-7 días (dependiendo de su actividad), aunque en pocos días podrá hacer vida normal. Debe limitar las actividades físicas fuertes durante el primer mes, hasta que se recupere de la operación; durante 3 ó 4 semanas hay que evitar el contacto físico intenso de las mamas.