Un motivo muy frecuente de consulta en cirugía estética son las orejas prominentes. Su separación exagerada de la cabeza puede ser mal tolerada y originar complejos ya desde la infancia, por las burlas de los niños. Hay gran variedad de deformaciones que producen un pabellón auricular prominente. Y la técnica quirúrgica para corregirlo se denomina otoplastia. Unas orejas demasiado despegadas pueden acarrear alteraciones psíquicas en grado variable. La inaceptación de la propia imagen llega, incluso, a la negación de dicha parte del cuerpo, ocasionando trastornos en la esfera de las relaciones sociopersonales.

En el postoperatorio inmediato es normal que aparezcan sensación de escozor o calentura en las orejas. Son molestias fácilmente controlables con analgésicos habituales. La sutura es interna pero los extremos se retiran en 1 semana. No se debe mojar la cicatriz los 4 o 5 primeros días y, posteriormente, asegurarse de que está bien seca y aplicar un antiséptico. Se prohíbe la piscina y el submarinismo durante 1-2 meses y los deportes de contacto durante 2 meses. Precisará revisiones durante los meses siguientes, para controlar su evolución. Tras una otoplastia podrá volver al trabajo o estudios en 2-3 días (dependiendo de su actividad), aunque en 24h podrá hacer vida normal.