Qué es la colestasis intrahepática del embarazo

La colestasis intrahepática es una enfermedad del metabolismo hepático que aparece durante la gestación. La causa no es conocida, pero se ha visto que diversos factores tanto genéticos, ambientales y hormonales juegan un papel importante en su desarrollo. La enfermedad desaparece cuando termina la gestación, sin dar secuelas maternas ni en el recién nacido, pero se ha visto un aumento de complicaciones en los fetos de las mujeres que padecen esta enfermedad durante el embarazo.

Qué consecuencias tiene

En la madre las complicaciones severas son muy poco frecuentes, y se relacionan con un problema en la absorción y metabolismo de las grasas, así como problemas de coagulación en algunos casos excepcionales.
En el feto las complicaciones pueden ser más importantes, y están asociadas a un problemas respiratorios en el recién nacido y mayor tasa de parto pretérmino tras el parto en su mayor parte y en algunas ocasiones a la muerte fetal intraútero.

Cómo se diagnostica

La colestasis intrahepática se manifiesta en la embarazada con un picor importante en la piel, sobre todo en palmas y plantas de los pies, con mayor intensidad durante la noche. El diagnóstico se hace cuando este picor va asociado a una alteración en los parámetros analíticos relacionados con el metabolismo de las grasas.
No existe ninguna prueba que permita de eliminar el riesgo de complicaciones en el feto. La ecografía no da ninguna información sobre las repercusiones de la enfermedad en el feto. Sólo algunos datos analíticos maternos (ácidos biliares) se han visto relacionados con la mayor frecuencia de eventos adversos en el feto. La determinación de éstos nos permite evaluar el riesgo fetal.

Qué síntomas produce

Hace años la mortalidad perinatal en las mujeres con esta enfermedad del embarazo se situaba alrededor del 10-15%, desde la introducción el tratamiento y seguimiento de esta embarazadas la mortalidad en estos niños ha disminuído a menos del 3,5%.
El tratamiento materno se realiza mediante la administración de sales biliares vía oral y tratamiento con vitamina K para prevenir las posibles complicaciones de la coagulación.
El manejo fetal se va a realizar mediante el seguimiento analítico materno y pruebas de bienestar fetal mediante registros tocográficos.
La finalización del embarazo puede realizarse entre la 37-38 semanas cuando la evolución con el tratamiento sea satisfactoria.