El Servicio de Medicina Intensiva se ocupa de los pacientes con disfunción o fracaso actual o potencial de uno o varios órganos o sistemas, y que representa una amenaza para la vida y son subceptibles de recuperación. Requiere un manejo contínuo de los pacientes, incluyendo la monitorización, el diagnóstico y el soporte de las funciones vitales afectadas, así como el tratamiento de las enfermedades que provocan dicho fracaso y obliga a la atención inmediata del paciente en cualquier ámbito en el que se encuentre.