La vuelta al colegio puede suponer un estrés o "síndrome postvacacional" para los niños (aproximadamente 1/3 de ellos presenta ansiedad, cansancio, irritabilidad o apatía, falta de atención, dolor abdominal, vómitos u otros síntomas), al enfrentarse a veces con nuevos compañeros, profesores, responsabilidades y horarios. Para ayudarles a afrontar esta situación y recuperar la ilusión, el Dr. Luis Sancho, Jefe de Servicio de Pediatría de Hospital Quirónsalud Sur ofrece una serie de recomendaciones útiles:

Dr. Luis Sancho

  • Actitud de los padres, ayudarles a recuperar la ilusión. Si los padres se muestran confiados, optimistas y alegres ante la vuelta al trabajo, es mucho más probable que sus hijos los imiten y encaren el curso con el mismo adecuado estado emocional. Es importante enfatizar los aspectos positivos que no pueden hacer en casa, como encontrase con sus amigos, conocer niños nuevos, hacer dibujos de colores en una pizarra enorme, aprender cosas o ir de excursión.
  • Material escolar e indumentaria. Las últimas semanas del verano son un buen momento para ordenar la habitación y el lugar de estudio de cara al próximo curso. La mesa de estudio debe estar ordenada, alejada de fuentes de sonido y otras fuentes de distracción. La ropa debe ser cómoda, no ajustada, independientemente de si es de uniforme o no. El calzado también debe resultar cómodo y ser de talla adecuada. Es necesario escoger una buena mochila ergonómica, evitando el exceso de peso. Se debe hacer partícipe al niño en la preparación de todo este material para concienciarlo de que el inicio del curso es inminente y para aumentar su ilusión.
  • Recuperación de la rutina. Es necesario recuperar los horarios escolares. Puede ser útil comenzar progresivamente una semana antes de empezar el colegio. Acostarse a la hora adecuada con actividades previas relajantes (baño, música suave, contarles un cuento...) puede contribuir al sueño nocturno suficiente y necesario para sentirse descansados el día siguiente. Adaptar también poco a poco la hora de levantarse y los horarios de las comidas al calendario escolar, incluyendo los fines de semana. Para recuperar poco a poco el hábito de estudio puede ser útil que una semana antes del inicio del curso, se sienten un rato cada día más prolongado a medida que se acerque el comienzo de las clases (hasta un máximo de 1 hora al día y en función de la edad), a leer o recordar algunos conocimientos del curso anterior.
  • Quedar con otros compañeros del colegio antes de comenzar la actividad escolar. puede ser muy útil para recuperar juegos comunes y facilitar la adaptación al colegio. Si el colegio es nuevo, puede ser útil visitarlo previamente.
  • Establecer reglas claras para el uso de internet, televisión y teléfono móvil. Que probablemente han sido menos estrictas en el periodo vacacional. Puede ser razonable restringir el uso de dispositivos electrónicos de ocio a un máximo de 1 ó 2 horas al día. Puede ser útil que a partir de una hora se dejen todos los dispositivos electrónicos en una zona común para toda la familia, por supuesto fuera del dormitorio del escolar.
  • Desayuno. Comenzar el día con un buen desayuno (incluyendo lácteos, pan o cereales, fruta e idealmente algo de proteína) contribuye a afrontar la jornada escolar con la energía necesaria para un óptimo rendimiento físico y mental. Asimismo, diversos estudios han demostrado que hacer una comida en familia diariamente es muy beneficioso para diversos aspectos de la salud. En aquellos casos en que los horarios de la comida o la cena pudieran no ser coincidentes, el desayuno familiar, fomentando el diálogo, puede ser un momento muy beneficioso y placentero para toda la familia.
  • El primer día de colegio. Cuando comienzan las clases, puede ayudar adelantar la hora de levantarse los padres para estar listos cuando se levanten los niños y así poder dedicarse a ellos y respetar sus tiempos. Es bueno dejar preparadas las cosas la noche anterior. Aunque a veces es emocionalmente duro para padres e hijos, el momento de dejar a los niños en el colegio debe ser breve y con actitud firme, aunque con un enfoque optimista y cariñoso (como darle un beso y desearle un buen día), sabiendo que tanto padres como hijos nos acostumbraremos poco a poco a la separación. Si el niño se queda llorando, no dar importancia a esta reacción, sabiendo que casi siempre en unos minutos estará jugando con sus compañeros. Se debe transmitir seguridad, no compasión o pena y evitar el chantaje emocional de cualquier tipo. Excepcionalmente puede ser necesaria una adaptación progresiva, acortando el tiempo de permanencia en el colegio los primeros días. En la medida de lo posible serán los padres los que acompañen al niño al colegio el primer día, evitando las prisas que pueden aumentar el estrés del momento.
  • Comunicarse, involucrarse y compartir emociones. En primer lugar es importante transmitir paz, seguridad y tranquilidad a los niños. Que sepan, sin falsas expectativas, que se pueden encontrar nuevos compañeros y/o profesores, las actividades previstas (pueden tener un horario escolar en un sitio visible), que van a tener tiempo para jugar con otros niños y que tras la finalización de la jornada iremos a recogerles puntualmente. Pedirles que expresen sus dudas o miedos previos e intentar resolverlos, para ayudarlos a disminuir la ansiedad. A la vuelta del colegio es importante empatizar con ellos, animándolos a que expresen con libertad sus pensamientos y sentimientos, escuchándolos con atención, alegrándose de sus éxitos y comprendiendo sus dificultades. Mostrar interés por las actividades realizadas durante la jornada escolar, anécdotas con los compañeros y profesores, saber que han comido… pero sin presionarlos o atosigarlos con nuestras preguntas. Se debe reconocer, reforzar y elogiar el esfuerzo diario de acudir al colegio, el aprovechamiento del tiempo y otros logros. Al revisar sus cuadernos, debemos mostrarnos orgullosos de lo que está aprendiendo y lo que va a aprender a lo largo del curso. Asimismo, es importante la comunicación y sintonía entre los padres y el personal del colegio, en especial con los profesores.
  • No abandonar las actividades recreativas y ejercicio. Tras la incorporación al colegio, no es aconsejable suprimir, y menos aún bruscamente, las actividades recreativas que realizaba durante las vacaciones. El mantenimiento de alguna/s de ellas contribuye a la aceptación satisfactoria de la vuelta al colegio. Especialmente saludables son las actividades relacionadas con el ejercicio físico regular (ir al parque, montar en bicicleta o patinar en lugar de ver la televisión o jugar con una tableta u ordenador). Fomentar a partir de una edad razonable alguna práctica deportiva regular individual o mejor aún en equipo. Planificar con sentido común las actividades extraescolares, que deberían que ser constructivas y lúdicas, para que no sean excesivas en detrimento de los tiempos de estudio, juego y descanso. Aprovechar las ocasiones que se presentan diariamente para hacer ejercicio (ir al colegio andando o en bicicleta si es posible y seguro, subir por las escaleras, no aparcar en la misma puerta…)
  • Otros incentivos. Establecer propósitos para el nuevo curso y ayudarle a conseguirlos. Estrenar algo (como un nuevo estuche con lápices de colores) que le pueda servir de estímulo para empezar el curso con más ilusión.
  • Prevención de las enfermedades transmisibles. Los niños con una enfermedad aguda febril no deben acudir al colegio. Se debe enseñar a los niños a dirigir la boca hacia el suelo cuando tosen y a lavarse las manos con frecuencia, para no contagiar a otros niños. Propiciar una dieta equilibrada con frutas y verduras, y la práctica de ejercicio diario. Suprimir el humo del tabaco en el entorno del niño. Cumplir estrictamente el calendario vacunal.