En la Unidad de Trastornos del Sueño de Quirónsalud Tenerife se realizan las pruebas necesarias que permiten confirmar o descartar la presencia de apneas del sueño o trastornos del sueño, una patología cuya prevalencia se estima en torno al 4%. En concreto, se hacen poligrafías y polisomnografías. La primera incluye el registro del flujo de aire, la saturación de oxígeno, la frecuencia cardíaca, los ronquidos y los movimientos torácicos y abdominales; mientras que la segunda, además de éstos, permite el estudio de las ondas cerebrales y de los movimientos de las piernas durante el sueño.


Causas

Una persona hace una apnea porque se colapsa su vía aéra, lo que impide la respiración y, por lo tanto, la entrada de oxígeno. Cuando el cerebro detecta este problema provoca un pequeño despertar (consciente o no) lo que produce a su vez una descarga de adrenalina que genera estrés cardíaco. A la larga, esta situación ocasiona hipertensión arterial; así como la nicturia, es decir, la necesidad de orinar muchas veces durante la noche. Además, al imposibilitar que el sueño sea reparador, provoca una excesiva somnolencia diurna, multiplica las probabilidades de tener depresión e, incluso se puede llegar a confundir con una demencia; ya que si el cerebro no descansa por la noche, no funciona adecuadamente.
Esta patología es un factor de riesgo cardiovascular y entre sus consecuencias más importantes está el mayor riesgo de sufrir un infarto o un accidente cerebrovascular (ACV); así como excesiva somnolencia diurna, lo que puede dar lugar a accidentes de tráfico por quedarse dormido al volante.
Los especialistas recomienda este tipo de estudios a personas que durante la noche roncan y tienen pausas de apnea (es decir, dejan de respirar); también a aquellos que se despiertan con falta de aire o que van mucho al baño por las noches (nicturia). También los pacientes son remitidos desde las consultas Nefrología por hipertensión arterial que no responde a tratamiento o desde el neurólogo en el estudio de algunas cefaleas.