La Superficie Ocular está expuesta a la sequedad y a agentes externos que pueden estropearla e inducir enrojecimiento, molestias, irritación ocular, e incluso provocar borrosidad en la visión. La alteración de la superficie ocular afecta a un número considerable de la población y con frecuencia sus problemas no se diagnostican y tratan de manera precoz.

La alteración de esta Superficie Ocular puede deberse a diversas causas que incluyen, entre otras:

  • Ojo Seco: Reducción en el volumen o la calidad de las lágrimas
  • Blefaritis: Inflamación del borde libre palpebral
  • Disfunción (mal funcionamiento) de las glándulas de Meibomio, responsables de la producción de la capa lipídica de la lágrima, conduciendo a una mayor evaporación de la misma

Área de Diagnóstico y Tratamiento de la enfermedad de Ojo Seco

La causa más frecuente de la enfermedad de ojo seco es la disfunción de las glándulas de meibomio, encargadas de elaborar la capa lipídica de la película lagrimal que lava, protege, nutre y lubrica el ojo.

El centro dispone del equipo con mayor desarrollo tecnológico
El diagnóstico comienza identificando los síntomas tras escuchar al paciente. Posteriormente, se realiza un estudio completo para evaluar la superficie ocular y descartar otro tipo de problemas. En este sentido realizamos toda clase de pruebas con el fin de determinar la severidad de la dolencia.

Para afrontar este problema de salud, se establecen una serie de pautas ambientales y de higiene, además del uso de sustitutos lagrimales, como tratamientos convencionales. Asimismo, en función de los resultados, es posible aplicar otras medidas como la utilización de fármacos antiinflamatorios, geles y pomadas lubricantes, administrar calor palpebral o elaborar diversas formulaciones y derivados hemáticos.

Pero, a su vez, como complemento, han surgido una serie de terapias físicas innovadoras. Entre ellas, destaca la técnica de luz pulsada intensa, conocida como IPL, una de las más punteras en este campo. Un tratamiento seguro, eficaz y cómodo para el paciente que se suele aplicar para mejorar el funcionamiento de las glándulas de meibomio palpebrales y reducir la inflamación del párpado y de la superficie ocular.

El tratamiento estándar requiere cuatro sesiones y el paciente comienza a experimentar mejoría a partir de la segunda o tercera. El resultado es una mayor estabilidad en la lágrima y una reducción de la inflamación. Además, puede ayudar a disminuir significativamente el uso de lágrimas artificiales.

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