El ojo es el receptor último de la visión que percibimos. Para su correcto funcionamiento, es necesario el correcto funcionamiento de diversas estructuras neurológicas, desde el cerebro hasta los nervios periféricos y pares craneales que permiten la correcta transmisión de la información visual (canalizada por el nervio óptico), así como un movimiento ocular y de párpados correcto (nervios oculomotores)

Algunas patologías neurológicas pueden afectar el correcto funcionamiento de algunas de estas estructuras.

Neuritis ópticas

Son patologías inflamatorias del nervio óptico. Dada la importancia de este par craneal (nervio óptico), su inflamación puede conducir a pérdidas de visión relevantes. La identificación precoz en algunos casos puede prevenir o disminuir el impacto de estas enfermedades en la visión.

Parálisis facial

La parálisis de este nervio provoca una dificultad de cierre palpebral, lo que deja expuesta la superficie ocular a desecación y a la agresión de agentes externos. Esta condición debe ser identificada, y deben tomarse medidas de prevención de estas alteraciones de la superficie ocular para evitar molestias y pérdida de visión entre otras complicaciones.

Tecnologías

El empleo de tecnologías de última generación como la OCT (análisis óptico tomográfico de la cabeza del nervio óptico) nos permiten el estudio detallado de esta estructura. Junto con otras tecnologías de imagen permiten un diagnóstico adecuado de cada problema para ofrecer la solución más correcta en cada caso.

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