Los psicoterapeutas familiares intentan solucionar problemas psicológicos personales y conflictos sociales o de interacción con la ayuda de la familia del paciente afectado. La base de este tipo de terapia sostiene que tratar de forma aislada a un paciente con una patología grave, sin tener en cuenta su entorno resulta a menudo infructuoso, debido a que alrededor de esa persona se dan una serie de situaciones y factores, que influyen en el mantenimiento, mejora o empeoramiento del problema inicial. Los seres humanos somos seres relacionales, es decir, sólo podemos entendernos en relación con los demás, y el principal lugar donde aprendemos a hacerlo es la familia.

Habitualmente, los problemas surgen de una situación compleja donde están implicados tanto los contextos externos como las situaciones personales. En terapia familiar se trabaja con la familia porque es el sitio idóneo para movilizar fuerzas terapéuticas o para conseguir que las personas que sufren puedan superar sus problemas.

El tratamiento de las dinámicas disfuncionales que pueden presentarse en el seno de la pareja, constituye también un objetivo prioritario de la Terapia Familiar. La Terapia de Pareja es cada vez más solicitada y su intervención se hace más necesaria en las dificultades que aparecen en las relaciones de pareja actuales, cada vez más complejas en su funcionamiento interno.

El tiempo de tratamiento en nuestra Unidad de Terapia Familiar y de Pareja varía en función de la gravedad del problema. Los tratamientos más cortos suelen tener una duración de entre cinco a diez sesiones, mientras que los tratamientos más largos pueden desarrollarse durante un tiempo más prolongado, si existe indicación clínica para ello y petición expresa por parte de la familia.