La córnea es la ventana transparente que ilumina nuestra retina y enfoca en ella las imágenes. Muchas enfermedades adquiridas o congénitas le afectan. Es de las especialidades que más innovaciones técnicas de diagnóstico y cirugía ha recibido en los últimos años, desde el trasplante a los anillos intracorneales o el cross-linking.

  • ¿Qué es la Unidad de Córnea y Superficie Ocular?

La Unidad de Córnea y Superficie Ocular está formada por un grupo de profesionales de la oftalmología dedicados al diagnóstico y tratamiento de las enfermedades que afectan a la parte más externa de los ojos, aquella que está en contacto con el mundo exterior.

  • ¿Qué se entiende por superficie ocular?

La superficie ocular está constituida por una serie de estructuras oculares que funcionan de forma conjunta y que resultan imprescindibles para conseguir una buena visión. Son las glándulas lagrimales, los párpados, la conjuntiva y la córnea.

Las glándulas lagrimales y los párpados son los responsables de la producción y la distribución de la película lagrimal sobre la superficie del ojo, evitando su desecación. La conjuntiva y la córnea son las capas más superficiales del ojo y, por lo tanto, especialmente sensibles a las agresiones externas. De la transparencia de la córnea, por no tener vasos sanguíneos, depende la capacidad visual de cada persona. Además, la córnea cumple funciones defensivas frente a los gérmenes y a posibles traumatismos y es responsable del enfoque de las imágenes en la retina.

  • ¿Qué problemas afectan con mayor frecuencia a la superficie ocular?

La patología más común a este nivel es el síndrome de ojo seco. Se trata de una incapacidad del sistema lagrimal, por causas muy diversas, para mantener lubricada y protegida la superficie ocular. Se manifiesta por sensación de cuerpo extraño, enrojecimiento ocular, lagrimeo y sequedad ocular. Es especialmente frecuente en mujeres en la 5ª o 6ª décadas de la vida. Existen muchos tipos de ojo seco, de ahí que de su correcta identificación dependa el éxito del tratamiento.

Entre las lesiones conjuntivales destaca por su frecuencia el pterigium o 'palmera'. Se trata de un crecimiento anómalo de la conjuntiva que normalmente surge del lado más próximo a la nariz y que puede terminar cubriendo la córnea y afectando a la visión.

Algunas de las patologías más importantes son las que afectan a la función óptica de la córnea, ya sea por adelgazamiento, cicatrización o irregularidad de la misma. En muchos de estos casos puede ser necesario el transplante de córnea.
¿Qué recursos se utilizan en estas patologías?
Para el diagnóstico de las infecciones de la superficie ocular utilizamos cultivos, antibiogramas e incluso biopsias de la propia lesión. Para las lesiones tumorales disponemos de la citología de impresión o de las propias biopsias.

En las personas con síndrome de ojo seco podemos recurrir al uso de tapones lagrimales, a los colirios de suero autólogo o a colirios de fármacos inmunosupresores, en los casos más severos.

De cualquier manera tenemos acceso a cualquier tipo de colirio formulado para el tratamiento de enfermedades de la superficie ocular.

  • ¿Qué técnicas quirúrgicas se utilizan en la superficie ocular?

Para solucionar los defectos que quedan en la conjuntiva al eliminar cualquier lesión, incluido el pterigium, utilizamos transplantes de conjuntiva del propio paciente o injertos de membrana amniótica procedente de la placenta de una mujer donante. En ambos casos recurrimos a adhesivos biológicos, que evitan los efectos indeseables de las suturas.

Cuando el daño se encuentra a nivel corneal, comprometiendo la visión de manera considerable, procedemos a transplantar la córnea. Podemos transplantar la totalidad del grosor corneal (queratoplastia penetrante) o sólo una parte del mismo (queratoplastia lamelar), disminuyendo así el riesgo de rechazo. Para mejorar el resultado podemos utilizar un láser de femtosegundo, que nos permite obtener los perfiles de corte deseados y favorece la cicatrización regular de la córnea.


Disponemos de una técnica nueva denominada trasplante endotelial (DSAEK) donde únicamente se trasplanta una capa de la córnea. Esta técnica disminuye el riesgo de rechazo, solo requiere de un punto de sutura y la recuperación visual es mucho más rápida que en el trasplante de córnea adicional (queratoplastia penetrante).