Los embriones de buena calidad obtenidos tras la fecundación in Vitro (FIV) o microinyección introcitoplasmática (ICSI) se pueden congelar con el objetivo de lograr un embarazo en un ciclo posterior.

El método consiste en la congelación rápida de los embriones por medio de la Vitrificación. Esta técnica desarrollada recientemente evita la formación de cristales de hielo dañinos para los embriones, como sucedía con las técnicas de congelación lentas convencionales, permitiendo obtener mayores tasas de supervivencia y de embarazo tras la descongelación.

Las tasas de supervivencia tras la descongelación con esta técnica se sitúan alrededor del 85%, siendo la calidad del embrión antes de la congelación un factor decisivo para su supervivencia.