Una de las principales dudas que ataca a las personas interesadas en el bótox que llegan a la consulta de la Dra. Candy Hernández Toyos de la Unidad de Medicina Estética del Hospital El Pilar es la pérdida de naturalidad en el rostro, o lo que se llama clásico terror del rostro inexpresivo. "Cuando se trata de tratamientos con toxina botulínica, suelo escuchar de mis pacientes frases como "¿Es irreversible?", "¿me lo tendré que repetir de por vida?", "¿soy demasiado joven?" pero quizás la pregunta más común se relaciona con la pérdida de expresividad".

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"Para empezar" continúa la Dra. Candy, "hay que decir que en todo el mundo, son millones las mujeres y hombres que aprovechan los beneficios de la toxina botulínica para eliminar las líneas de expresión, eliminar la sudoración excesiva y mucho más. La toxina botulínica no solo sirve para vernos mejor, sino también para diversas aplicaciones en áreas como la neurocirugía, oftalmología o traumatología. Es un tratamiento más que seguro y que, si es bien utilizado, puede tener resultados sorprendentes"

¿Qué es el mito del rostro inexpresivo?

En el mundo de la estética, como en todo, suelen crearse mitos alrededor de cada tratamiento y el botox no podía quedar fuera. "En efecto, todos hemos visto en los medios a algunas celebridades que han abusado de este tratamiento y que terminaron por perder su espontánea belleza natural. Sí, el mito se puede convertir en algo real, pero esto sólo sucede cuando se hace un uso indiscriminado e indebido de la toxina" afirma la doctora

El botox es una toxina mínimamente invasiva, aprobada desde el año 2002 por la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos. Su función no es la de paralizar la zona en la que se aplica y por supuesto, tampoco tendría por qué alterar de forma permanente la mímica del rostro.

Además, existe un rango de unidades internacionales de botox que oscila entre 50 y 150 y no se debería superar este margen. Así que, en realidad, la pérdida de expresividad por el uso de botox, se relaciona con un uso excesivo o una mala praxis por parte del profesional encargado del procedimiento y no por la toxina botulínica en sí.

La toxina botulínica suele usarse, principalmente, en el tercio superior de la cara y existen unos límites claros a respetar como, por ejemplo, que no es recomendable aplicarla más de dos veces al año en la misma zona. "Puedo asegurar" afirma la Dra. Candy "gracias a mis años de experiencia, que la toxina botulínica es inofensiva siempre y cuando se respeten los requerimientos reales del paciente y se consideren algunos aspectos objetivos como por ejemplo la edad o el tipo de piel".

La mayor seguridad es ponerse en manos de profesionales con amplia experiencia y con conocimientos suficientes de las prácticas más modernas en medicina estética.