Practicada con éxito en el Hospital Quirónsalud una ablación septal cardíaca percutánea

Practicada con éxito en el Hospital Quirónsalud una ablación septal cardíaca percutánea

Hospital Quironsalud BarcelonaHospital Quironsalud Barcelona
11 de enero de 2018
Hospital Quirónsalud Barcelona
Cardiología

El equipo de cardiología del Hospital Quirónsalud ha llevado a cabo con éxito recientemente una ablación septal percutánea. Se trata de la primera vez que una operación de este tipo se practica fuera de la sanidad pública, y es una vez más el Hospital Quirónsalud uno de los pioneros en introducir técnicas nuevas en el ámbito privado. La operación, que ha resultado un éxito, está indicada para aquellos pacientes que padecen una hipertrofia septal obstructiva y no responden adecuadamente a los tratamientos médicos.


"En el caso del paciente que hemos tratado en el Hospital Quirónsalud, las alternativas médicas le producían braquicardias y fuertes cefaleas que le limitaban la calidad de vida. Como no padecía ninguna alteración de las válvulas, una miectomía quirúrgica –una operación a corazón abierto y circulación extracorpórea– se dejó como segunda opción. Se optó por esta otra técnica de la ablación septal percutánea", comentaba el Dr. Jaume Riba, cardiólogo del centro y que hizo el seguimiento del paciente.


Esta técnica consiste en provocar un infarto controlado en el paciente para de esta forma reducir el grosor del músculo hipertrofiado que causa los problemas. En el caso del paciente operado en el Hospital Quirónsalud, estos consistían básicamente en ahogos o disneas que le imposibilitaban ya no solo la práctica deportiva a la que estaba habituado, sino incluso la realización de pequeños esfuerzos y su actividad profesional durante el último año.


El Dr. Bruno García, hemodinamista con gran experiencia previa en un centro público de referencia, fue el encargado de practicar la intervención, asistido por la Dra. Laura Galián, experta en imagen y la encargada de efectuar la ecocardiografía transtorácica con la que se delineó el territorio de cada uno de los ramos septales del corazón del paciente. Ambos pertenecen al equipo de cardiología liderado por la Dra. Pilar Tornos del Hospital Quirónsalud.


Técnica compleja y multidisciplinar


Aunque sobre el papel pueda parecer una intervención sencilla, en realidad se trata de una técnica compleja que requiere de la intervención de un equipo multidisciplinar muy bien coordinado que pueda llevar a cabo un seguimiento pormenorizado del paciente para poder reaccionar en caso de cualquier imprevisto como es la pérdida del ritmo eléctrico del corazón, que puede suceder en un 10% de las intervenciones. Esto es uno de los motivos principales que ha llevado a que ningún centro privado haya optado por este tratamiento hasta la fecha.


En un primer momento, el equipo ha de realizar simultáneamente un cateterismo y una ecografía, para de esta forma detectar la zona del músculo del corazón que es excesivamente gruesa y provoca la obstrucción de la sangre a la salida del ventrículo. "Una vez detectado, hemos de buscar la rama septal de la coronaria que irriga esa zona, obstruirla y alcoholizarla. De esta forma se matan las células de esa porción de músculo cardíaco y se produce un infarto controlado", explicaba el Dr. Bruno García.


El objetivo último que se persigue es provocar una cicatriz que reduce el grosor del músculo septal, de forma que se aumenta el caudal porque hay una mejor salida de sangre y desaparecen los síntomas negativos asociados a la hipertrofia. "Transcurridos entre tres y seis meses se tiene que comprobar que la cicatrización se ha estabilizado y se mantiene el ancho necesario, como es el caso del paciente que hemos tratado en el Hospital Quirónsalud, que presenta una evolución muy favorable", añadía el Dr. García.


El resultado de la operación ha sido un éxito y ha permitido que el paciente ya esté disfrutando de una vida normal e incluso practique deporte. Pero esta operación no está indicada para todos los casos en que se presenta la hipertrofia. "Existen varias contraindicaciones, quizás la principal es que no haya el grosor suficiente del tabique. Aunque el infarto está controlado, no se puede delimitar exactamente la cantidad de músculo que se convertirá en tejido cicatrizal. Así, si el grosor no es suficiente, se corre el riesgo de que se pueda romper la separación que hay entre los dos ventrículos y crear una comunicación entre ellos", apuntaba el Dr. Bruno García.


El paciente, que acudió recientemente a su revisión de control, a la salida agradecía al equipo su destreza: "me encuentro perfectamente. Era un no vivir. No podía hacer ninguna actividad, el cansancio era tremendamente frustrante. Tener que medirte las fuerzas hasta para ir a buscar el coche… ahora ya me han dado permiso para volver a coger la bici. Era impensable hace un año".



Podéis conocer en el siguiente vídeo la historia del paciente que se ha sometido a esta intervención:


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