Periodontitis

Periodontitis

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17 de marzo de 2022
Centro Médico Quirónsalud Aribau

La Dra. Diana Palao, de la Clínica Dental de Centro Médico Quirónsalud Aribau, nos habla sobre la periodontitis, origen, causas y tratamiento.


La enfermedad periodontal contrasta con la mayoría de las enfermedades infecciosas clásicas, en las que el huésped se defiende de un sólo microorganismo y el diagnóstico se establece en base a su presencia o ausencia. La destrucción tisular periodontal puede ser el resultado de un desorden polimicrobiano que varía a través del tiempo y que a su vez interacciona con elementos inmunes complejos.


Actualmente se describen unas 700 especies bacterianas capaces de colonizar la cavidad oral humana, pero encontramos alrededor de 200 a 300 de estas en un sólo individuo. Las bacterias orales han sido consideradas durante mucho tiempo como comensales, y sólo una pequeña proporción de ellas son consideradas patógenas, y responsables de las conocidas caries dental o enfermedad periodontal.


Sabemos que existen unos requisitos indispensables para la iniciación y progresión de la enfermedad periodontal como la presencia de algunos patógenos periodontales virulentos (Aggregatibacter actinomycetemcomitans, Porphyromonas gingivalis, Prevotella intermedia, Fusobacterium nucleatum, Tannerella forsythia, Treponema denticola), un medio local y la susceptibilidad del huésped: higiene bucal, saliva y dientes. El biofilm bacteriano o placa dental son requisitos indispensables pero no suficientes para la inducción de la periodontitis; es la respuesta inflamatoria del huésped a este desafío microbiano que en última instancia puede causar la destrucción del periodonto.


La homeostasis del tejido periodontal, zona de "armonía temporal" entre el huésped y la microbiota periodontal, recibe ataques microbianos ocasionales fácilmente abolidos por las defensas inmunitarias. Este estado inflamatorio "bajo control" podría representar una gingivitis transitoria, reflejando una respuesta del huésped equilibrada. La transición de gingivitis a periodontitis requiere tanto de una microbiota disbiótica (irregularidades microbianas) como de un huésped susceptible que participen en una respuesta inflamatoria compleja. La disbiósis traduce un desequilibrio de la abundancia relativa de especies microbianas dentro de un ecosistema que está asociado a una enfermedad, sin embargo, ¿la disbiosis en el proceso de la enfermedad periodontal, es una causa o una consecuencia?


Las comunidades microbianas disbióticas manifiestan interacciones simultáneas para una mejor colonización, adquisición de nutrientes y persistencia en un ambiente inflamatorio que promueva su adaptación. Mientras que ciertos patógenos, como P. gingivalis, pueden corromper la respuesta del huésped y contribuir a la descomposición de la homeostasis, otras bacterias pueden actuar como patobiontes que, a través de la inflamación destructiva resultante, despiertan a ambos sistemas inmunes, innato y adaptativo. Si aludimos al fenómeno microbiano, la importancia de la inflamación subyace de su fuente de nutrientes esenciales, pudiendo causar daño colateral a los tejidos periodontales.


Actualmente, la inflamación y la consecuente respuesta del huésped, en cuanto a componente causal irrefutable, parece fundamental en la interpretación conceptual de la enfermedad periodontal y de su inminente tratamiento. Sin embargo, debemos ser conscientes de la existencia de lagunas dentro del conocimiento necesario para una definición íntegra de la interacción entre microbiota y elementos inmunes (innato y adaptativo), que inician y propagan la enfermedad periodontal crónica.


No debemos olvidar que toda relación causal, se ve sustentada por la observación de que la frecuencia de la enfermedad aumenta con la dosis o el nivel de exposición a un determinado factor. El término "etiología multifactorial", acuñado por Kleinnaum y col. 1982, puede ayudarnos a comprender que el desarrollo de una enfermedad también depende de otros factores, que incluyen respuestas específicas del huésped (susceptibilidad genética), exposición a tóxicos (tabaco), condiciones y desórdenes sistémicos (diabetes), deficiencias nutricionales y estrés emocional, entre otros.


En resumen, siendo necesaria la presencia de bacterias específicas, el individuo debe ser susceptible genéticamente para desarrollar periodontitis. Además, si es fumador, diabético (entre otros desórdenes sistémicos) y tiene estrés, el establecimiento y desarrollo de la misma serán mucho más rápidos.

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