Las vidas reinventadas de impostores que pretenden ser alguien
Es difícil creer que una persona mentalmente sana pueda mantener una mentira durante tanto tiempo. La impostura comprende un amplio espectro, que va desde una conducta normal hasta una enfermedad grave, de tipo psicótico. El grado más leve son las ensoñaciones diurnas, que compensan debilidades de la vida del sujeto, y son bastante frecuentes. El sujeto mantiene la conciencia de que es una imaginación, y en ningún momento se cree lo que idea ni intenta llevarlo a la realidad, explica el catedrático José Luis González de Rivera, jefe del Servicio de Psiquiatría de la Fundación Jiménez Díaz, de Madrid.
13 de mayo de 2005
Fuente: Expansión