La claudicación intermitente, popularmente conocida como ‘enfermedad de los escaparates’, es una dolencia relativamente frecuente en España, que en la actualidad afecta a entre el 2% y el 10% de la población. "En aquellos grupos de personas que presentan más riesgo de padecerla (varones por encima de los 70 años, diabéticos o pacientes con enfermedad coronaria o cerebrovascular conocida) este porcentaje se dispara por encima del 30%", destaca el doctor Andrés Salazar Álvarez, del Hospital Quirónsalud San José.

Según explica, los miembros inferiores pueden doler por muchas razones, pues en ellos hay arterias, venas, nervios, tendones, articulaciones, músculos y huesos. "De todas las causas a descartar, las vasculares, además de ser muy frecuentes, son las que pueden llegar a ser más graves, por lo que en estas circunstancias es muy importante su valoración precoz", avisa este especialista.

Dr. Andrés Salazar

Un envejecimiento precoz de las arterias, como consecuencia de condiciones desfavorables (tensión arterial alta no controlada, diabetes, tabaquismo vigente o pasado, colesterol alto o sedentarismo), ocasiona que puedan llegar a acumular placas de arteriosclerosis que reduzcan el flujo de sangre que llega a la extremidad o, incluso, obstaculizarlo por completo. "Dependiendo de cuál sea el tejido afectado, dicha reducción del flujo de sangre arterial provocará distintos síntomas, de mayor o menor complejidad. En el caso de los miembros inferiores puede manifestarse como dolor al caminar o ‘claudicación intermitente’", insiste el doctor Salazar Álvarez, que forma parte del Servicio de Angiología y Cirugía Vascular que dirige el doctor Luis Riera del Moral.

¿Por qué produce dolor en las piernas?

Con el ejercicio, los músculos de las piernas, especialmente los gemelos, demandan un mayor aporte de sangre; al existir una obstrucción que lo limita, estos músculos sufren y se produce el dolor, en un mecanismo de respuesta similar al que tiene lugar en el corazón durante una angina de pecho. "Además, puede llegar a ser tan intenso que obligue a pararse al que lo padece cada vez que recorre una distancia determinada y más o menos constante. Es por esto que clásicamente se dice que los enfermos se detienen a mirar un escaparate mientras pasa el dolor", explica este cirujano vascular.

¿Por qué es importante acudir al cirujano vascular cuando se presentan estos dolores?

Esta enfermedad se produce más frecuentemente en fases avanzadas de la vida, y por ello no es raro que el que la sufre, así como sus familiares, no la sepan reconocer y achaquen sus molestias al deterioro propio de la edad. "Se estima que por cada paciente con claudicación intermitente conocida hay tres o cuatro con enfermedad arterial de las piernas sin diagnosticar", comenta.

Sin tratamiento, es probable que esta enfermedad empeore progresivamente, disminuyendo cada vez más la distancia en la que aparece el dolor o, en casos más graves, surgiendo incluso en reposo o, más grave todavía, asociado a lesiones cutáneas. "Cuando esto sucede los cirujanos vasculares hablamos de isquemia crítica, ya que comienza a comprometerse la viabilidad de la extremidad. Es importante la valoración médica porque la arterioesclerosis es un fenómeno sistémico, esto es, que afecta a todas las arterias del cuerpo, por lo que cuando se diagnostica una claudicación es muy probable que haya afectados otros órganos más importantes que las piernas (cerebro, corazón, riñones, etc.), aunque aún no se hayan presentado síntomas", insiste este especialista del Hospital Quirónsalud San José.

¿Cuál es su tratamiento?

Lo más importante para establecer una pauta terapéutica es la valoración por un especialista en Angiología y Cirugía Vascular, encargado de prescribir el tratamiento más indicado en consideración de la gravedad de los síntomas.

"En la mayoría de los casos, y en ausencia de dolor en reposo o de lesiones cutáneas, el tratamiento empieza es conservador y se centra en un control estricto de los factores de riesgo cardiovascular (hipertensión, diabetes, hipercolesterolemia y tabaquismo), en el establecimiento de una rutina de ejercicio diario así como en el ajuste de la medicación", señala el doctor Salazar Álvarez, quien apunta que en otros casos es necesario, además, efectuar procedimientos para hacer llegar mayor cantidad de sangre arterial oxigenada a la extremidad. "En función de las características morfológicas de las lesiones, el cirujano propondrá cirugías derivativas (bypass), procedimientos endovasculares (angioplastias con o sin implantación de stents) o nuevas alternativas terapéuticas como, por ejemplo, la implantación de células madre", concluye.


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