La desviación de los ejes visuales no coordinada de los dos ojos, cuando no se puede resolver con corrección óptica gafas o mediante ortóptica -ejercicios especialmente en niños antes de los 8 años de edad para evitar la ambliopía, ojo vago,- podemos recurrir al tratamiento quirúrgico que siempre consiste en debilitar o reforzar alguno(s) de los músculos que controlan los movimientos oculares.

El debilitamiento se puede hacer mediante la inyección intramuscular de toxina botulínica, botox, en casos leves o cambiando la inserción del músculo, el reforzamiento se consigue haciendo un pliegue en el músculo o igualmente cambiando su inserción.

La complejidad de la acción de los músculos que deben actuar coordinadamente en ambos ojos hace que ésta sea una subespecialidad de la oftalmología y el estudio exhaustivo de los movimientos oculares es muy importante antes de realizar una intervención quirúrgica a fin de determinar qué músculos deben ser debilitados o reforzados y en qué magnitud, ya que, muchas veces es necesario operar ambos ojos.