Las enfermedades y síntomas relativos a la articulación temporomandibular (ATM) son muy frecuentes. Más de la mitad de la población tiene síntomas de la ATM a lo largo de su vida. Las causas son múltiples: sobrecargas musculares, artritis, contracturas musculares, luxaciones del menisco articular, problemas del sueño, alteraciones psicológicas; todo ello se entrelaza y resulta en una sintomatología con dolor, chasquidos articulares y limitación de apertura oral, que puede ser invalidante.

En la mayoría de los casos la patología de la ATM se resuelve con tratamiento fisioterápico combinado con analgésicos, el uso de férulas de descarga nocturnas (son unos aparatos fabricados a medida que se colocan en la arcada dental y que, gracias a su especial diseño, reducen la sobrecarga de los músculos masticatorios), y la inyección de toxina botulínica (botox) en los músculos contracturados y dolorosos. Las férulas de descarga son muy eficaces, pero sólo si el paciente las lleva durante toda la noche.

En algunas ocasiones, sin embargo, es necesario la evaluación y el tratamiento por parte del cirujano maxilofacial: en particular, es importante que el cirujano valore los dolores de ATM de reciente aparición y los que no mejoran con tratamiento habitual (férula, fisioterapia, reposo articular).

En ocasiones el dolor de ATM esconde realmente una enfermedad tumoral de la región de la cabeza y el cuello; más frecuentemente, el paciente con dolor y limitación de ATM de reciente aparición tiene una luxación aguda del menisco articular, la cual responde muy favorablemente al "lavado articular": la "artrocentesis". O, si es necesaria la visión directa del interior de la articulación, la "artroscopia". Pero para poder determinar qué pacientes pueden beneficiarse de estos tratamientos, es imprescindible que sea el cirujano maxilofacial el que valore al paciente.

En casos muy graves, de larga evolución y mala respuesta, puede ser necesaria la artroscopia terapéutica, la cirugía abierta o incluso la sustitución de la articulación por una prótesis metálica. A diferencia de lo que ocurre en articulaciones de carga como la cadera o la rodilla, en las que es habitual el uso de prótesis articulares en pacientes con artrosis o artritis de larga evolución, las prótesis de ATM se utilizan con muy poca frecuencia, lo cual refleja las diferencias en cuanto a las causas del dolor y su diferente curso clínico entre la patología de la ATM y la de las articulaciones de carga.