Este tipo de dieta se suele indicar en procesos diarreicos, independientemente de sus causas, aunque las más frecuentes son

producidas por virus, bacterias y parásitos, e incluso la toma de determinados medicamentos como: laxantes, antibióticos o antiácidos que contengan magnesio. En otros casos, el origen pueden ser cuadros agudos de enfermedades inflamatorias intestinales, diverticulitis, secuelas de resecciones intestinales, etc.

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Las características generales de la dieta han de ser: baja en fibra insoluble (legumbres, verduras y ciertas frutas), baja en grasa, exenta en lactosa (leche, flan y natillas), sin alimentos irritantes (café, grasas, picantes, bebidas gaseosas) ni flatulentos (col, coliflor, repollo, alcachofas).

Los objetivos al indicar una dieta astringente son: en primer lugar reponer la pérdida de líquidos y electrolitos, para evitar la deshidratación; reducir la estimulación de las secreciones gastrointestinales; y, además, enlentecer el tránsito intestinal, reduciendo con ello, el número y volumen de las deposiciones. Por último, se debe de realizar una progresión dietética adecuada hacia una alimentación normal.

Es importante lvarse bien las manos con agua y jabón después de cada deposición, para evitar posibles contagios en caso de que la causa de la diarrea sea de origen infeccioso.


RECOMENDACIONES DIETÉTICAS

  • Coma poca cantidad y varias veces al día; lo ideal es repartirlas en 6 tomas (desayuno, media mañana, comida, merienda, cena y algo antes de acostarse).
  • Coma despacio y en un ambiente tranquilo. Mastique bien.
  • Repose sentado hasta media hora después de las comidas principales.
  • Tome los líquidos y el agua en pequeñas cantidades. Hágalo fuera de las comidas.
  • Ajuste la cantidad de líquidos que toma, a la cantidad de los que pierde con las deposiciones.
  • No tome alimentos ni muy fríos, ni muy calientes, ya que pueden aumentar la cantidad y disminuir la consistencia de las heces.
  • Realice cocinados sencillos (hervidos, en su jugo, plancha, vapor, horno) y evite los fritos, rebozados, empanados y guisos.
  • Condimente los platos con sal, excepto cuando su médico le indique lo contrario.
  • Evite tomar café, té, alcohol, chocolate, bebidas con gas y masticar chicles.
  • Ciertos alimentos como las frutas, verduras, legumbres, leche y derivados inclúyalos progresivamente según le recomendamos. Si alguno lo tolera mal, retírelo e intente incorporarlo de nuevo más adelante.
  • Las frutas recomendadas al principio son: plátano, pera y manzana, bien maduras sin piel.
  • Las verduras y hortalizas como la patata, zanahoria, calabacín y calabaza, son bien toleradas desde el principio.
  • Incorpore el resto, cocinadas en puré y mezcladas con patata, después cocinadas solas y en purés, posteriormente enteras y más tarde, si la tolerancia es buena, incorpórelas frescas.
  • Introduzca las legumbres, primero cocinadas y trituradas con batidora y pasadas por el pasapurés, después trituradas con batidora y, si las tolera bien tómelas enteras.
  • El arroz o las pastas puede prepararlos hervidos, en sopas con poco caldo o seco con un poco de aceite y alguna hierba aromática.
  • Las carnes y pescados tómelos hervidos, a la plancha, al horno, papillote, etc.
  • El huevo consúmalo pasado por agua, cocido o en tortilla usando poco aceite.
  • El aceite más aconsejado es el de oliva. Puede utilizarlo con moderación para aliñar en crudo o para cocinar.

Los yogures y otras leches fermentadas son muy beneficiosos para la salud y especialmente ante procesos diarreicos. La acción de sus bacterias lácticas se mantiene en el interior del intestino, actuando como protectores de su mucosa. Tome entre 2 y 4 al día, uno de ellos con Lactobacillus Casei y los demás con Lactobacillus y Bifidobacterias.