Niño dientesLas cenas de Navidad y Año Nuevo, los nervios de la noche de Reyes; así como las aglomeraciones que se producen en estas fechas en la calle y centros comerciales, pueden pasar una factura imprevista a los más pequeños de la casa en forma de inseguridad y trastornos del sueño transitorios. Es por ello que el jefe del servicio de Pediatría de Hospital Quirónsalud Tenerife, el doctor Amado ZuritaEste enlace se abrirá en una ventana nueva, nos ofrece una serie de consejos para que estos días sean, no sólo divertidos, sino también saludables.

El especialista explica que el cambio de las rutinas como consecuencia, no solo de las vacaciones escolares, sino también del ajetreo de estos días, pueden afectar a los niños; en forma e intensidad diferentes en función del carácter y de la edad del menor. Es por ello que en su opinión resulta fundamental que las familias traten de mantener lo más posible los horarios de las comidas y cenas, así como los tiempos de descanso.

"Las visitas y comidas familiares se pueden hacer durante el día, sin romper la rutina y el bienestar de los niños", apunta el doctor Zurita, para luego precisar que muchas veces los lactantes (niños menores de un año) se pueden encontrar de repente en una fiesta sin entender muy bien lo que ocurre. Con los mayores de dos años es un poco diferente, porque comprenden mejor este tipo de situaciones, pero si se les expone a ellas de manera inadecuada pueden ocasionarles inseguridad, angustia y estrés.

Asegura que los niños de hasta 2,5 años pueden padecer trastornos del sueño transitorios, ansiedad y excitación excesiva ante estas nuevas experiencias, como son los fuegos artificiales, las luces de Navidad, las aglomeraciones, los camellos de la cabalgata de Reyes, etc. Para evitarlo, continúa el especialista, es importante que los padres expliquen a sus hijos previamente a dónde van y qué es lo que se van a encontrar.

Abundando en este tema, hace referencia a los diferentes actos públicos organizados por ayuntamientos, instituciones y sociedades locales, y comenta que los niños de entre 2 y 3 años pueden padecer trastornos transitorios del sueño, ansiedad y excitación excesiva ante estas nuevas experiencias, como son los petardos y fuegos artificiales, las iluminaciones especiales de Navidad, las aglomeraciones y, sin lugar a dudas, los camellos que portan a sus majestades en la cabalgata de Reyes.

Para evitarlo, continúa el especialista, los padres deben comentar y explicar a sus hijos a dónde van y qué es lo que se van a encontrar, para que así disfruten aún más de su aprendizaje. "Lo realmente importante es que los padres no desatiendan a los niños y les instruyan previamente, les animen y potencien la parte positiva de este tipo de experiencias", concluye el doctor Zurita.

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