La cirugía cardiovascular es la especialidad que se encarga del tratamiento quirúrgico de aquellas patologías del corazón y los grandes vasos –aorta, arteria pulmonar, venas cavas y venas pulmonares– que, por su gravedad o complejidad no pueden resolverse satisfactoriamente mediante tratamiento médico o técnicas menos invasivas como el cateterismo cardiaco.

Enfermedades frecuentes

Las patologías cardiacas más comúnmente abordadas mediante cirugía cardiaca son las valvulopatías o enfermedades de las válvulas cardiacas, y la cardiopatía isquémica o enfermedad coronaria.

  • Las valvulopatías son trastornos en la forma y/o en la función de las principales válvulas cardiacas –aórtica, mitral, tricúspide y pulmonar–. Siempre que es posible se procede a su reparación mediante técnicas diversas. En caso contrario se sustituye la válvula completa por una prótesis mecánica o biológica. Durante las últimas décadas estas prótesis han evolucionado mucho, desde dispositivos convencionales de fiabilidad contrastada hacia dispositivos cada vez más sofisticados, nuevas variantes de última generación que no requieren sutura directa sobre el corazón y pueden implantarse mediante una cirugía mínimamente invasiva, incluso por acceso periféricos desde la arteria femoral en la ingle.
  • La cardiopatía isquémica consiste en el daño cardiaco como consecuencia de la aparición de lesiones en las arterias coronarias que limitan el flujo de sangre al músculo cardiaco. Aunque en ciertas circunstancias estas lesiones pueden ser tratadas mediante cateterismo cardiaco, cuando se producen en los primeros segmentos de las arterias y, particularmente cuando las tres principales arterias coronarias se afectan al mismo tiempo, la cirugía plantea soluciones más completas y duraderas a través de injertos o by pass coronarios. Estas intervenciones usan venas y arterias del propio paciente para conseguir así un mayor flujo de sangre hacia el corazón.

Otras patologías

La cirugía cardiovascular actúa también sobre las alteraciones de la aorta torácica, principalmente los aneurismas. Se realiza una sustitución del segmento patológico de la aorta por tubos protésicos mediante cirugía convencional, o bien implantando prótesis endovasculares a través de un acceso periférico, generalmente en una arteria femoral, sin necesidad de cirugía abierta.

Las patologías del pericardio –derrame pericárdico, taponamiento cardiaco, pericarditis constrictiva–, de la arteria pulmonar o la patología tumoral cardiaca son menos frecuentes.

Cuando cualquiera de ellas conduce a un fallo terminal e irreversible del corazón y no puede corregirse mediante técnicas convencionales, pueden implantarse distintos dispositivos de asistencia mecánica mediante cirugía. Estos dispositivos sustituyen parcial o totalmente la función cardiaca y, en último término, se puede reemplazar completamente el corazón dañado por otro sano de un donante mediante trasplante cardiaco.

El tratamiento de arritmias cardiacas también puede realizarse mediante cirugía con la implantación de marcapasos y desfibriladores. Además, existen otras técnicas que pueden revertir una de las arritmias más frecuentes, la fibrilación auricular.

La cirugía cardiaca pediátrica trata de corregir las malformaciones que puede sufrir un corazón a consecuencia de un mal desarrollo embrionario. Por su particularidad y complejidad, merece una mención aparte.

Tratamiento

En la mayoría de los procedimientos en cirugía cardiovascular requieren una cirugía mayor con anestesia general y un acceso grande a través de una esternotomía media –apertura completa del esternón–. También existen otros accesos menores como la toracotomía –apertura del tórax entre las costillas– o la esternotomía parcial, que tratan de minimizar el trauma quirúrgico siempre que sea posible.

En gran parte de los casos las técnicas que se realizan requieren indispensablemente del apoyo de la máquina de circulación extracorpórea o máquina corazón-pulmón, que sustituye temporalmente la función de estos órganos mediante un complejo sistema de cánulas y tubuladuras. Este sistema redirige la sangre por un circuito cerrado por el que fluye enriqueciéndose con

oxígeno y otras sustancias para retornar nuevamente al cuerpo. Esta máquina permite que el corazón deje de funcionar por un tiempo sin comprometer la integridad de éste ni de ningún otro órgano, permitiendo la realización de la cirugía.

Motivo de consulta al cirujano cardiovascular

Los pacientes del cirujano cardiovascular llegan referidos normalmente por el cardiólogo, tras un exhaustivo proceso diagnóstico que implica la realización de diversas pruebas, entre ellas, el ecocardiograma y el estudio hemodinámico mediante cateterismo cardiaco.

Las pruebas se analizan conjuntamente entre cardiólogo y cirujano cardiovascular para decidir la opción óptima de tratamiento y el momento más idóneo.

La disnea o sensación de falta de aire al realizar un esfuerzo físico y la angina de pecho son los síntomas de la patología cardiaca más habituales, aunque también pueden presentarse sensación de mareo, síncopes, astenia, palpitaciones y, en casos extremos, la muerte súbita.

La existencia de alguno de estos síntomas, junto con el hallazgo de una enfermedad cardiaca de grado severo sientan la indicación de tratamiento. Sin embargo, en ocasiones, ciertas patologías pueden requerir cirugía incluso aunque el paciente se encuentre completamente asintomático, ya que puede considerarse que existen circunstancias potencialmente comprometedoras para la vida.

Resultados

La cirugía cardiaca busca mejorar el pronóstico vital y restaurar la calidad de vida en pacientes que se enfrentan a patologías cardiacas clínicamente muy limitantes y potencialmente letales.

A pesar de ser intervenciones relativamente agresivas y requerir un periodo inicial de convalecencia, cada vez se realizan con mayor seguridad y con mejores resultados en cuanto a supervivencia y nivel de vida, siendo en muchas ocasiones el mejor tratamiento posible para algunas enfermedades cardiovasculares.


Equipo médico/ Hospital Quirónsalud (Paseo Renovales)