PREVENCIÓN PRIMARIA

La prevención primaria se considera al conjunto de medidas adoptadas por un individuo, o aplicadas a un colectivo, que tienen como objetivo evitar la aparición de una enfermedad. En oncología, dichas medidas están dirigidas a disminuir la exposición a determinados factores cuya presencia es necesaria o favorecedora para la aparición de un determinado tipo de cáncer.

Entre los factores de riesgo susceptibles de prevención primaria destacan:

  • Tabaco: el 25-30% de todas las muertes por cáncer en los países desarrollados están relacionadas con el tabaco. En mayor o menor medida se relaciona, entre otros, con el cáncer de pulmón, esófago, laringe y cavidad oral, páncreas, estómago, vejiga y riñón.

  • Alcohol: su consumo se relaciona con un aumento de riesgo del cáncer de cavidad oral, laringe, esófago, estómago y páncreas. Además, el consumo simultáneo de alcohol y tabaco tiene un efecto sinérgico y aumenta de forma muy considerable el riesgo de cáncer de vías respiratorias y de tracto digestivo superior.

  • Hábitos dietéticos: una dieta rica en frutas, verduras, cereales y legumbres, así como un consumo limitado de carnes procesadas, pueden ayudar a reducir el riesgo de cáncer, especialmente de los tumores digestivos (esófago, estómago, colon, recto).

  • Sobrepeso y obesidad: el incremento de grasa corporal aumenta el riesgo de desarrollar cáncer de esófago, colon, páncreas, endometrio y riñón, así como de cáncer de mama en las mujeres postmenopáusicas.

  • Actividad física: se ha relacionado con un descenso del riesgo de cáncer de mama, colon o endometrio.

  • Exposición solar: la radiación ultravioleta es el carcinógeno más importante en los distintos tipos de cáncer de piel. En este sentido, el aumento en la incidencia de los tumores cutáneos parece estar relacionado con el aumento de la exposición solar. El carcinoma espinocelular es el más claramente relacionado con una exposición acumulada al sol, mientras que el melanoma parece estar más relacionado con una exposición intermitente al sol y/o con historia de quemaduras solares.

  • Vacunación: la inmunización contra determinados virus previene la infección a través de éstos y ayuda a disminuir el riesgo de determinados tipos de cáncer. Entre ellos destacan:
    • El virus de la hepatitis B, relacionado con el desarrollo del hepatocarcinoma.
    • El virus del papiloma humano, que es la infección de transmisión sexual más frecuente y está relacionada con la aparición del cáncer de cérvix, canal anal y orofaringe.

PREVENCIÓN SECUNDARIA

Se realiza en individuos sin signos ni síntomas sospechosos de enfermedad con el objetivo de detectar una enfermedad de la forma más precoz posible. En oncología, la prevención secundaria intenta detectar la aparición del tumor en personas sanas en la fase más precoz posible a través del diagnóstico precoz o cribado.

Se tienen en cuenta diferentes factores, fundamentalmente la edad del individuo y su historial médico y familiar. En la población general, la efectividad del cribado se ha demostrado claramente en el cáncer de mama, cérvix y colorrectal.