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El cáncer de mama supone, actualmente, la enfermedad oncológica más frecuente en las mujeres. En España en 2018 hubo 32.825 nuevos casos y la gran mayoría de ellos se diagnosticaron en estadios precoces y con buen pronóstico. Efectivamente, si bien la incidencia del cáncer de mama muestra un leve aumento en la última década, también podemos afirmar que disponemos de mejores pruebas diagnósticas para su detección precoz y también de mejores tratamientos, no solo más eficaces en lograr su curación, sino también menos agresivos para nuestras pacientes.

En este contexto es donde surge la necesidad de agrupar a todos los profesionales que pueden aportar mejoras en el tratamiento de la enfermedad, así como la aplicación de protocolos asistenciales que implementen los últimos avances del tratamiento derivados de los ensayos clínicos e investigaciones de ámbito internacional.

Las unidades de cáncer de mama suponen la mejor garantía para las pacientes en la calidad de su tratamiento oncológico mamario. Un equipo multidisciplinar confeccionado a medida de la enfermedad y de las necesidades que conlleve su tratamiento. Las unidades de cáncer de mama aúnan a distintos profesionales implicados de una forma especial con este tipo de cáncer, que llevarán a cabo de una forma coordinada el diagnóstico, estadificación y tratamiento de la paciente, así como la minimización de las secuelas tanto físicas como psíquicas que conlleve el tratamiento.

Estas unidades de mama están compuestas por ginecólogos oncólogos, radiólogos y anatomopatólogos especializados en mama; oncólogos médicos y oncólogos radioterapeutas para los tratamientos adyuvantes; cirujanos plásticos para las reconstrucciones; especialistas en rehabilitación del linfedema, psicooncólogos, y especialistas en oncología estética. Todos estos especialistas tratan el cáncer de mama de cada paciente de forma individualizada, ajustando el tratamiento a la enfermedad, a su extensión y a la paciente en sí. Se trata de diseñar un tratamiento ajustado a cada caso como un traje a medida de cada paciente.

Además, existe un compromiso investigador y formador en todas las unidades de cáncer de mama para garantizar la atención continuada en el tiempo y la implementación de nuevas tecnologías. En la actualidad el tratamiento del cáncer de mama solo debería llevarse a cabo dentro de estas unidades multidisciplinares, de forma que aseguren la calidad del tratamiento y su ajuste a protocolos establecidos, lo que redundará en un notable beneficio para nuestras pacientes presentes y futuras y, en definitiva, en un notable beneficio para nuestra sociedad.

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