Incidencia

El cáncer de mama es la segunda causa de mortalidad en las mujeres, por detrás de las enfermedades cardiovasculares y seguida de los tumores colorrectales, tumores en el pulmón, en el útero y en los ovarios, según datos de Globocan 2018Este enlace se abrirá en una ventana nueva.

Las estimaciones de la SEOMEste enlace se abrirá en una ventana nueva indican que 1 de cada 8 mujeres desarrollará un cáncer de mama a lo largo de su vida, principalmente entre los 45 y 65 años. En 2018 se diagnosticaron en España 32.825 nuevos casos,la incidencia ha aumentado un 30% desde 2012.

Diagnóstico

El 15% de los cánceres de mama son diagnosticados en mujeres menores de 40 años. Para este grupo la preservación de la fertilidadEste enlace se abrirá en una ventana nueva, que puede verse deteriorada por los fármacos empleados, forma parte del esquema básico de tratamiento. Dentro del objetivo de asegurar una normalidad y un grado alto de satisfacción tras la enfermedad, la posibilidad de cumplir el deseo reproductivo resulta muy conveniente.

Aunque existe un porcentaje de entre el 5 y el 10% de tumores de origen genético, la mayoría de los ellos, el 90%, aparecen de forma esporádica, sin necesidad de tener antecedentes familiares. Esto significa que todas las mujeres con candidatas a desarrollar este tipo de cáncer, por lo que el diagnóstico precoz es la principal herramienta para mejorar el pronóstico.

Tratamiento

A pesar de tratarse de la neoplasia maligna más frecuente, los extraordinarios avances a nivel de diagnóstico y tratamiento consiguen tasas muy elevadas de curación con menor número de secuelas a corto y largo plazo. Esto permite a las pacientes retomar su vida en poco tiempo y en mejores condiciones.

El gran desarrollo de las técnicas de diagnóstico por imagen, con la introducción de la mamografía digital y la tomosíntesis (mamografía multiplanar), así como los modernos sistemas de biopsia, hacen posible la puesta en marcha de estrategias de detección temprana. Estos sistemas, junto a los nuevos esquemas de tratamiento, consiguen tasas de supervivencia superiores al 90% en estadios precoces. El cáncer de mama es, por tanto, una enfermedad con relativo buen pronóstico si se detecta a tiempo.

Por ello, resulta especialmente importante atender a las campañas de prevención y a los programas poblacionales de detección precoz impulsados por centros médicos especializados o por cada comunidad autónoma.

Actualmente, el concepto de tratamiento integral del cáncer de mama incluye tanto el control de la enfermedad como la intención de que la mujer recupere la actividad habitual con la mayor precocidad, atendiendo al respeto de su autoestima y calidad de vida.

Por ello, resulta prioritario mantener la autoimagen de la paciente empleando cirugías oncoplásticas que conservan la mama y reducen las deformidades y asimetrías, o bien las técnicas de reconstrucción en caso de necesitar una cirugía mutilante. Asimismo, los protocolos de manejo conservador de la axila reducen el riesgo de linfedema y la impotencia funcional del brazo. Los grandes avances en radioterapia, quimioterapia e inmunoterapia permiten alcanzar porcentajes de supervivencia elevados con menor toxicidad y mayor comodidad para la paciente.