La alergia es una reacción anómala de nuestro sistema de defensa (el sistema inmunitario) cuando entra en contacto con determinadas sustancias provenientes del exterior. Las sustancias que pueden provocar una reacción alérgica se conocen como sustancias alergénicas o alergenos.

¿Cómo puede ayudarme el alergólogo?

El especialista en Alergología puede mejorar la calidad de vida de los individuos que sufren esos síntomas y su papel es fundamental para la identificación de la causa, evitar futuras reacciones y elegir el tratamiento más adecuado a cada paciente.

La ayuda y seguimiento de un especialista en Alergología puede reducir los días de baja laboral y el absentismo escolar así como las visitas a urgencias.

El individuo sujeto a alergias puede manifestar diferentes síntomas a lo largo de su vida, por eso es necesario un seguimiento constante para que se puedan diagnosticar y prevenir dichos síntomas.

Tipos de alergias más frecuentes

Prácticamente cualquier sustancia es capaz de producir alergia en sujetos que tengan esta predisposición.

En la mayoría de los casos, una reacción alérgica puede afectar negativamente en la calidad de vida de los pacientes.

Las enfermedades alérgicas más frecuentes son:

  • Asma. Es una de las enfermedades alérgicas más importantes, por su frecuencia, sobre todo en la infancia y por su posible gravedad.
    Puede manifestarse como tos, ahogo, opresión en el pecho etc. Esta enfermedad puede variar su intensidad ya que está sujeta a periodos de estabilidad con otros de exacerbación. Las crisis pueden desencadenarse por los alergenos, por infecciones respiratorias, contaminación, medicamentos etc.
  • Rinitis. Es aún más frecuente que la anterior. En muchos casos puede desarrollarse junto con el asma y se manifiesta por congestión nasal, picor de nariz y ojos, estornudos, etc.
    Entre las causas que pueden generar estas dos patologías están los ácaros del polvo, hongos, pelos de animales y pólenes.
  • Dermatitis atópica/Eczema Atópico. La Dermaitis Atópica es un problema muy común que puede aparecer a lo largo de cualquier momento de nuestra vida; suele ser la primera manifestación de alergia en los bebés y se caracteriza por sequedad de la piel con enrojecimiento y descamación. El síntoma más frecuente es el picor cutáneo.
  • Urticaria-Angioedema. La Urticaria es una afectación de la piel que se caracteriza por la presencia de ronchas (habones) que producen picor. Si se desarrolla en las capas más profundas de la piel se denomina angioedema y produce hinchazón en los labios, parpados, genitales, etc. La causa de ambos puede ser por alimentos, medicamentos o picaduras de insectos.
  • Dermatitis alérgica de contacto. Se manifiesta como un eczema de la piel y se produce días después de un contacto directo de la piel con las sustancias a las cuales el paciente es alérgico. La alergia más frecuente de este tipo la produce el níquel y es conocida en las mujeres como "alergia a la bisutería".
  • Alergia alimentaría. Muchas veces, los alimentos ingeridos pueden producir reacciones alérgicas. Los síntomas leves se manifiestan en forma de picor o hinchazón en la boca o en los labios mientras que los síntomas más intensos pueden generar vómitos, diarreas y dolor abdominal.
  • Otros tipos de alergias frecuentes: a fármacos, al látex, oculares, al veneno de los himenópteros, etc.

Alergia pediátrica

La patología alérgica cada vez se presenta con mayor frecuencia en edades más tempranas y suele comenzar manifestándose como Alergia Alimentaria (proteínas de la leche de vaca, huevo, pescados, frutos secos, etc.) o como Dermatitis Atópica. En niños de mayor edad podemos encontrar Rinitis Alérgica, Asma bronquial, Urticaria-Angiodema y Reacciones a medicamentos (vacunas, antibióticos, etc).

¿Cuáles son las pruebas necesarias para el diagnóstico de la alergia?

Para diagnosticar una alergia es fundamental la historia clínica del paciente, es decir, el paciente debe informar al Alergólogo sobre las condiciones ambientales que le rodean, los síntomas, antecedentes familiares de alergia, etc.

Los métodos más utilizados en el diagnóstico de la causa de la enfermedad alérgica son:

  • Pruebas cutáneas. Se basan en reproducir en la piel la respuesta inflamatoria alérgica. En algunas ocasiones podría ser necesario realizar otras pruebas complementarias, como análisis y radiografías.
  • Pruebas de provocación. Consiste en poner en contacto al paciente con la sustancia sospechosa de generar la alergia para que se reproduzcan los síntomas que afectan al paciente.
    Una vez conocido el diagnóstico, el Alergólogo podrá ofrecer al paciente toda la información necesaria para la cura de la alergia mediante la realización de un tratamiento personalizado que permitirá al paciente mejorar su calidad de vida.