En la Unidad de Epilepsia se atenderán a pacientes tanto con debut de primera crisis epiléptica, estatus epiléptico convulsivo y no convulsivo, con epilepsia crónica activa, como, sobre todo, a pacientes con epilepsia refractaria, es decir, aquella que es resistente a los fármacos –entre un 25 y un 30% de pacientes no responden a dos fármacos adecuados en cuanto a elección y dosis--.

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Una vez estudiado el caso, se aplicará el mejor tratamiento para cada paciente, tanto clínico como quirúrgico, en caso de ser candidato a la cirugía de la epilepsia. Para ello, la Unidad cuenta con un equipo médico multidisciplinar compuesto por el neurólogo Francisco Villalobos, los neurocirujanos Yamin Chocrón y María Oliver, la neurofisióloga Gema Daza, así como neuropsicólogos, neuroradiólogos, pediatras, psiquiatras o especialistas en Medicina Nuclear.

El objetivo de la Unidad es el correcto diagnóstico del paciente con epilepsia, estudiar el origen de la enfermedad, el tipo de crisis que padece el paciente y los distintos factores que influyen en la enfermedad para poder ofrecerle el mejor tratamiento. En este sentido, la Unidad dispone de la más alta y avanzada tecnología diagnóstica para el manejo y diagnóstico de la epilepsia, tales como el PET-TAC, la resonancia 3 Teslas y el vídeo EEG –herramienta que ayuda al neurólogo para clasificar el tipo de crisis y conocer la zona epileptógena--, entre otras.

En los casos en los que los pacientes son fármaco-resistentes, se estudia su idoneidad para el tratamiento quirúrgico, si bien sólo un 20 por ciento de pacientes con epilepsia refractaria serían estudiables prequirúrgicamente, de los que un 30 por ciento sería finalmente operable.

Los diferentes estudios prequirúrgicos coordinados por el neurólogo --vídeo EEG, resonancia de alta resolución, PET-TAC, Spect y un examen de neuropsicología—están destinados a localizar cuál es el foco epileptógeno a resecar, es decir, la zona cerebral donde se encuentra la lesión y desde donde emanan las crisis, para conseguir de esta manera eliminar la actividad epiléptica.

Según los resultados de estos estudios, se decidirá la técnica más apropiada por el equipo multidisciplinar de cirugía de la epilepsia. Y es que existen dos tipos de intervenciones, la cirugía resectiva, destinada a eliminar el foco del cerebro productor de la actividad epiléptica, que, en muchos casos, es curativa; y la cirugía paliativa, que incluye diferentes técnicas y está destinada a disminuir la frecuencia y/o intensidad de las crisis.

La mayoría de los pacientes epilépticos tratados con cirugía tienen el foco en el lóbulo temporal y hasta 2/3 partes de estos pacientes quedan libres de crisis tras la intervención. En el caso de pacientes tratados con técnicas paliativas, se consigue disminuir en un 50 por ciento la intensidad o frecuencia de las crisis en la mitad de los pacientes tratados con estas técnicas.