El Hospital Quirónsalud Infanta Luisa ha realizado con éxito el primer implante combinado de iris artificial y lente intraocular en la sanidad privada sevillana. Se trata de una intervención compleja de un paciente que presentaba afaquia y aniridia unilaterales tras un traumatismo penetrante severo en los meses previos.

La doctora Amparo ToroImagen en alta resolución. Este enlace se abrirá mediante lightbox, puede haber un cambio de contextoLa doctora Amparo Toro

Así, tal como subraya la oftalmóloga del Hospital Quirónsalud Infanta Luisa, Amparo Toro, "el éxito de este implante combinado le ha proporcionado una importante mejoría estética y funcional, disminuyendo la fotofobia y reduciendo al mínimo la necesidad de corrección óptica".

"El desarrollo de las prótesis de iris y su implante combinado con lentes intraoculares nos permite corregir en un sólo procedimiento quirúrgico situaciones tan complejas como la aniridia y afaquias postraumáticas. Con unas cuidadosas indicaciones y en manos de un cirujano experto suponen una excelente herramienta en la cirugía reconstructiva del segmento anterior", explica la especialista.

La afaquia es la ausencia de cristalino, habitualmente traumática o quirúrgica porque haya que extraerlo por alguna razón, por ejemplo, cuando se luxa, se forma una catarata que hay que extraer en bloque. En el caso de las cirugías de cataratas habituales, se extrae "el contenido" del cristalino dejando una fina capa transparente donde se apoya la lente intraocular que se llama la cápsula posterior. En esa cápsula se apoya la nueva lente y el paciente queda en pseudofaquia.

En este sentido, la doctora Amparo Toro apunta que la complejidad del caso radica en que el paciente había perdido totalmente el cristalino en un traumatismo. Se encontraba en afaquia completa o afaquia intracapsular, es decir, sin ningún tipo de apoyo para implantar, por lo que la nueva lente intraocular se ha tenido que fijar a ese iris artificial e implantarlo en bloque.


De otro lado, la aniridia consiste en la ausencia de iris (congénita o traumática). La aniridia congénita es una enfermedad hereditaria que impide el desarrollo del globo ocular en las primeras semanas de gestación. Además de la falta de desarrollo del iris en esta enfermedad suelen estar afectadas diversas partes del ojo ocasionando importantes problemas de visión (cataratas, glaucoma, hipoplasia foveal o del nervio óptico y nistagmo).

En concreto, tras la intervención, este paciente apenas precisa gafas de lejos, sólo tiene cierto astigmatismo residual por el traumatismo.

El iris natural es un diafragma óptico que regula la cantidad de luz que alcanza la retina. De esta manera, su función es reducir la fotofobia y el deslumbramiento, mejorando el enfoque y la función visual de forma global. También es el responsable del color de ojos característico de cada persona.

El iris artificial se comercializa en color castaño y en otros colores más claros frecuentes en otras latitudes. De esta forma, Amparo Toro precisa que "existe la posibilidad de personalizar la prótesis para mimetizar exactamente el color del ojo contralateral, si bien estas prótesis nunca se emplean con finalidad puramente estética y jamás deben utilizarse para cambiar el color natural de los ojos". "Nuestro objetivo es combinado --estético-funcional-- en el contexto de la rehabilitación de un ojo traumatizado", concluye.

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