El glaucoma es una de las principales causas de ceguera en nuestro entorno y puede afectar a pacientes de todas las edades. La mayoría no presentan síntomas y pueden no saber que padecen esta enfermedad.

Actualmente, se considera que el glaucoma agrupa diferentes enfermedades que presentan un daño en el nervio óptico, que es el cable que conduce las señales visuales del ojo hasta el cerebro, y su alteración puede conducir a la ceguera de manera progresiva e irreversible.

Este daño puede verse influenciado por una presión intraocular elevada, traumatismos, alteraciones vasculares e inflamatorias

Hay dos grandes tipos de glaucoma: de ángulo abierto y de ángulo cerrado. Los glaucomas de ángulo abierto son la forma más común de glaucoma. En estos casos el líquido intraocular no se elimina de manera adecuada por la malla trabecular. En los casos de ángulo cerrado la elevación de la presión puede ser abrupta por el cierre repentino del drenaje por una reducción del espacio entre el iris y la córnea.

Muchos pacientes no presentan síntomas durante las fases iniciales de la enfermedad, sin molestias ni pérdida visual, por lo que no saben si tienen la enfermedad. Pero con la progresión del daño glaucomatoso se va perdiendo función visual de manera irreversible.

La única forma de saber si presentamos la enfermedad es realizando revisiones preventivas, midiendo la tensión ocular, agudeza visual, campo visual y estado del nervio óptico entre otras exploraciones.

Una vez diagnosticada la enfermedad, debe iniciarse el tratamiento en fases precoces de la enfermedad para minimizar el riesgo de pérdida visual permanente, ya que no se puede recuperar la función visual perdida. Debe individualizarse el tratamiento más adecuado para cada caso. En muchas ocasiones se emplean colirios que reducen la presión intraocular, pero en otras situaciones la enfermedad requiere realizar tratamientos láser o quirúrgicos.

Contamos con un equipo de profesionales con una larga trayectoria clínica e investigadora en el campo del glaucoma, para ofrecer la alternativa más adecuada a cada caso y las tecnologías diagnósticas más novedosas para la detección de esta enfermedad.

En los casos que requieran cirugía, contamos con experiencia tanto en las técnicas convencionales como en las más novedosas, como la cirugía mínimamente invasiva de glaucoma, que trata de obtener los resultados más ambiciosos con el menor riesgo quirúrgico posible.

Estamos comprometidos con el paciente de glaucoma, su visión y su calidad de vida, porque en esta enfermedad, más que en otras, hay que actuar a tiempo, y el momento es ahora.

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