Durante la infancia, se desarrolla nuestra visión y las estructuras que permiten su correcto funcionamiento e integración de la información visual en el cerebro.

Las alteraciones oculares y refractivas en la infancia pueden ser visibles en algunos casos, como las queratitis y otras causas de enrojecimiento ocular.

En otras situaciones pueden los problemas pueden pasar desapercibidos, como son los defectos de refracción y falta de agudeza u otras capacidades visuales, ya que dependen de la capacidad del niño de referir esta dificultad. Por ello es importante, anticiparse a estas situaciones y detectar de manera precoz los problemas refractivos (miopías, hipermetropías, astigmatismos) que puedan tener un niño, así como las alteraciones del correcto desarrollo de la agudeza visual que puedan existir para prevenir o tratar condiciones como el estrabismo (cruce de mirada) o la ambliopía (ojo vago).

Programa de control de miopía

El objetivo de este programa es frenar la progresión de la miopía en niños.

¿Qué es la miopía?

La miopía es un trastorno común de la visión en el que se ven borrosos los objetos que están lejos. Se produce porque el ojo miope crece demasiado y los objetos lejanos se enfocan por delante de la retina produciendo visión borrosa. Es la principal causa de discapacidad visual moderada y grave en países desarrollados y su prevalencia mundial está aumentando.

Se estima que la mitad de la población mundial será miope en 2050. La miopía se ha convertido en un problema de salud a nivel mundial debido a las enfermedades asociadas a la miopía elevada como el desprendimiento de retina, el desprendimiento de vitreo, la baja visión, la degeneración macular miópica, el glaucoma, la catarata o el estrabismo miópico.

La miopía tiene un importante componente hereditario por lo que una detección temprana es fundamental, especialmente en niños con padres miopes.

  • 2 padres miopes: 50.0% de probabilidad de que tu hijo o hija tenga miopía
  • 1 padre miope: 33.0% de probabilidad de que tu hijo o hija tenga miopía
  • 0 padres miopes: 15.0% de probabilidad de que tu hijo o hija tenga miopía

Los hábitos de vida y demandas visuales
Leer, trabajar, jugar por mucho tiempo en tareas de cerca con dispositivos digitales aumenta el riesgo de padecer y aumentar la miopía.

¿De qué tratamientos disponemos?

Es fundamental realizar un estudio oftalmológico completo previo en el que se estudie pormenorizadamente todos los aspectos de la visión.

Entre los tratamientos ópticos contamos con la reciente tecnología de las lentes de desenfoque periférico. Las lentes se basan en un mayor conocimiento de la retina infantil y los mecanismos que actúan en el crecimiento de la miopía. Son lentes con un diseño especial muy útiles para su manejo en niños, fáciles de adaptar, no invasivas, efectivas y seguras. También disponemos de lentes de contacto.

Entre los tratamientos farmacológicos contamos con la atropina en gotas a dosis bajas (0.01%) que ha demostrado ser eficaz y muy seguro para frenar la progresión de la miopía. Siempre administrado bajo control oftalmológico.

Lo más importante es que el tratamiento debe ser individualizado y basado en las características concretas del paciente.

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