Sobrepeso y obesidad durante la pubertad

Sobrepeso y obesidad durante la pubertad

La obesidad y sus complicaciones constituyen un problema importante de salud pública cuya forma eficaz de control pasa necesariamente por la prevención desde edades muy precoces, por la detección de las familias de riesgo y por la evaluación clínica y antropométrica seriada en los centros de atención primaria.

Este problema está relacionado con los hábitos de alimentación y actividad física, por lo que es muy probable que, si no se toman acciones eficaces en la niñez, se mantenga hasta la edad adulta, con las consecuencias que ello ocasionará en la salud futura.

¿Cómo saber si tu hijo tiene sobrepeso u obesidad?

Su diagnóstico es fundamentalmente clínico. Las pruebas complementarias estarán destinadas al diagnóstico de sus complicaciones y al uso de marcadores precoces de afectación cardiovascular.

Dentro de la valoración del paciente en las consultas de niño sano que realiza el pediatra, se encuentra la determinación del peso y la estatura del niño. Estos parámetros son ubicados en gráficas especiales en las que se pueden evaluar el peso y la talla esperados para cada edad, así como la relación entre el peso y talla que es conocida como índice de masa corporal (IMC). Este índice se obtiene al dividir el peso en kilos entre el cuadrado de la talla expresada en metros (IMC = P / T2).

Cuando un niño tiene un índice de masa corporal que se ubica entre el percentil 10 y el percentil 85 se considera que está dentro de límites normales, entre 85 y 95 corresponde a sobrepeso y por encima de 95 entra ya en el rango de obesidad.

Existen otros parámetros que pueden determinarse como son la circunferencia abdominal y la medición del grosor del pliegue cutáneo, aunque estos son menos usados para hacer este diagnóstico.

El conocimiento de los hábitos alimenticios y de la ingesta del niño en relación a sus necesidades puede orientar sobre si el origen del sobrepeso es exógeno o no. Las encuestas dietéticas también pueden proporcionar un conocimiento más exacto sobre el tipo de alimento y cantidad aproximada ingerida en las principales comidas del día, completándolo con la frecuencia diaria o semanal de los principales grupos de alimentos. Se debe valorar especialmente el consumo de refrescos y zumos industriales, alimentos precocinados y snacks.

¿Por qué ocurre la obesidad?

El peso corporal es producto de la relación entre la ingesta de calorías y el consumo de calorías. Cuando se ingieren más calorías de las que se utilizan, este exceso se almacena en forma de grasa para su uso posterior. En la medida que se ingieren más calorías, se acumula más grasa.

Lamentablemente esto no es tan simple, esta relación se ve influenciada por varios factores, en especial por la genética, que cambia la tendencia o la resistencia que tiene una persona para desarrollar sobrepeso y obesidad, así como la presencia de algunas enfermedades del metabolismo o el uso de determinados medicamentos para controlar enfermedades crónicas.

Lo primero que resaltan la mayoría de las encuestas en la población infanto-juvenil española es la elevada ingesta de grasa a expensas de la disminución de los hidratos de carbono. El segundo error debe buscarse en la distribución de la energía: un alto porcentaje de adolescentes omiten el desayuno, que es sustituido por un almuerzo poco saludable en el que predomina la bollería. Todos los estudios nutricionales aportan evidencias sobre la importancia del desayuno. Las recomendaciones a este respecto deberían ser: desayunar todos los días y que el aporte calórico en esta comida (junto con el almuerzo de media mañana) sea cercano al 25 % de la energía total diaria y que la leche (o productos lácteos), la fruta y los cereales deben ser componentes obligados del desayuno.

Además de ello, el exceso de peso corporal se relaciona con otros factores que son más fácilmente modificables, por lo que hay que tenerlos presentes para tomar las medidas correctivas. Estos son:

  • Malos hábitos de alimentación, en especial hacer comidas muy abundantes que además sean ricas en grasas y alimentos procesados.
  • Picar o hacer refrigerios entre comidas.
  • Comer dulces o postres en exceso.
  • Ingerir bebidas gaseosas.
  • Tener poca o ninguna actividad física.

La obesidad puede ocasionar problemas de salud

La mayoría de los niños que son obesos en la infancia serán adultos obesos.

El incremento progresivo de la obesidad se asocia con complicaciones a corto y a largo plazo entre las que destacan las alteraciones del metabolismo lipídico, hipertensión arterial, diabetes mellitus tipo 2, síndrome metabólico, esteatosis hepática, litiasis biliar, problemas psicológicos, problemas respiratorios y ortopédicos:

  • Elevación de los niveles de grasas en la sangre (colesterol y triglicéridos).
  • Aumento en el riesgo de desarrollar arterioesclerosis, un endurecimiento en la pared de las arterias ocasionado por el depósito de placas de colesterol. Esta condición favorece la aparición de infartos cardíacos y accidentes cerebrovasculares.
  • Elevación de la presión arterial.
  • Hiperinsulinemia y resistencia a la acción de la insulina.
  • Diabetes mellitus.
  • Degeneración de los cartílagos de las articulaciones por sobrecarga mecánica, condición conocida como artrosis u osteoartritis.
  • Lesiones de los discos ubicados entre las vértebras de la columna.
  • Hígado graso.
  • Cálculos en la vesícula biliar.
  • Algunos tipos de cáncer como ovario, mama y endometrio (parte de los estrógenos de las mujeres se producen en el tejido adiposo).
  • Apnea del sueño.
  • Alteraciones en la esfera mental como una baja autoestima e incluso tendencia a la depresión.

Medidas para prevenir y controlar la obesidad en la pubertad

El objetivo fundamental del tratamiento de la obesidad se centra en conseguir el peso ideal para la talla, manteniendo los aportes nutricionales necesarios para no interferir en el crecimiento. Tanto la prevención como el tratamiento de la obesidad infantojuvenil se basan en tres pilares fundamentales: motivación, dieta y ejercicio físico.

Lo más importante es conseguir la adhesión del niño y del entorno familiar y social a los principios de la prevención y tratamiento de la obesidad y el sobrepeso. Es clave para conseguir que los niños sigan una dieta y un estilo de vida saludables que sean incorporados como hábitos por el niño y su entorno familiar. Además, es sumamente importante motivar al propio paciente, ya que sin su colaboración es imposible obtener buenos resultados.

Algunas medidas útiles para prevención y tratamiento de la obesidad:

  • Adoptar y mantener en el tiempo hábitos de alimentación saludable.
  • Comer en las horas correctas y en el lugar adecuado para ello. Procurar comer en familia.
  • Planificar las comidas que se van a hacer.
  • Elegir preferiblemente alimentos ricos en fibra como legumbres, verduras, hortalizas y frutas, que tienen alto poder saciante.
  • Elegir carnes magras quitando siempre la grasa visible. Aumentar consumo de pescado.
  • Realizar cocinados sencillos como plancha, vapor, asados, evitando frituras y guisos grasos.
  • Usar tanto en guisos como en crudo, aceite de oliva virgen.
  • Procurar disminuir el tamaño de las raciones de los alimentos que se van a consumir.
  • Tener a la disposición meriendas saludables, bajas en grasas y calorías.
  • Evitar los alimentos elaborados con harina y azúcar refinados.
  • Evitar la ingesta de bebidas gaseosas y azucaradas.
  • No usar los alimentos como una forma de calmar la ansiedad.
  • Mantener una actividad física regular por al menos una hora al día.


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