Salud mental y adicciones

Salud mental y adicciones

Las adicciones son situaciones en las que se desarrolla un estado de dependencia hacia un hecho o sustancia. Deben considerarse por lo tanto adicciones no solo drogas no legales o legales como alcohol o tabaco, sino también la llamada adicción "a las pantallas "o dispositivos electrónicos, el internet y los videojuegos, que ocasionan estragos a la salud física y sobre todo mental de los adolescentes.

¿Cuáles son los síntomas principales del consumo de drogas?

Hay algunos síntomas típicos y/o "señales" que nos deben alertar sobre un posible consumo de drogas:

  • Cambios bruscos de humor.
  • Ausencias o retrasos en clase o en el trabajo. Problemas de disciplina o rendimiento.
  • Falta de interés por aficiones favoritas.
  • Cambios de amigos.
  • Dificultad para concentrarse.
  • Agresividad.
  • Empeoramiento de las relaciones familiares.
  • Desaparición de dinero u objetos de valor con petición desproporcionada de dinero y en cantidad cada vez mayor.
  • Enrojecimiento ocular.
  • Pérdida de apetito.
  • Uso de colirios, desodorantes, inciensos.

¿Cuáles son los motivos para tomar drogas?

Cuando un adolescente consume drogas, al principio puede hacerlo simplemente por curiosidad, porque alguien cercano le haya ofrecido y no se haya atrevido a decir que no. Algunos motivos que pueden llevar al adolescente a consumir drogas son:

  • Ofrecimiento de droga en fiestas, pertenecer a un grupo en el que sea costumbre.
  • La curiosidad y la búsqueda de novedades, la experimentación.
  • El afán de parecer más atractivo, de ligar y de relacionarse, parecer más popular o líder.

En los adolescentes es muy importante la presión del grupo. Fumar, beber o tomar drogas forma parte de un ritual de pertenencia a una pandilla.

Algunas drogas quitan las inhibiciones y pueden, en cierto sentido, favorecer el contacto con otros chicos o chicas de su edad y que "todo el mundo parezca más simpático o atractivo".

También para olvidar o supuestamente para afrontar dificultades y frustraciones o para mejorar la autoestima.

Al principio el consumo puede ser placentero, el adolescente incluso piensa que es capaz de manejarlo y controlarlo. Con el paso del tiempo, comienza a generar problemas y ya no puede ser controlado, siendo necesaria cada vez una dosis mayor para alcanzar las mismas experiencias.

En este momento se pierde la capacidad de frenar el consumo y controlar la conducta, llevando a un estado de obsesión que no le permite hacer otra cosa más que pensar en las drogas. En este punto se ha llegado a la adicción.

Algunas circunstancias de la familia y del entorno pueden predisponer al consumo de drogas; otras, por el contrario, pueden hacerlo más difícil. Entre los factores favorecedores se encuentran los siguientes:

  • El inicio experimental del consumo precoz de alguna sustancia (tabaco, alcohol o cannabis), junto a la falta de supervisión familiar y la permisividad en el consumo.
  • Las características de la propia personalidad del adolescente como son la falta de autoestima y el no poder manejar bien las frustraciones de la vida diaria.
  • Modelos educativos inadecuados, muy autoritarios o permisivos.
  • Dificultades familiares graves, marginalidad, drogadicción en los padres o hermanos, enfermedad mental grave de los padres.
  • Integrarse en pandillas en las que se toman drogas.

Entre los factores protectores se incluye:

  • Ambiente familiar y escolar adecuados que proporcionen cariño y estabilidad emocional. La transmisión de valores propios de la cultura o el grupo social.
  • Adecuada autoestima y cualidades sociales básicas que favorezcan las relaciones con los demás. Un grupo de amigos que socialicen y faciliten el paso a la vida adulta dentro del grupo.
  • Protección social y legal para que la oferta de drogas no llegue al adolescente.

El uso de drogas puede afectar seriamente la salud

El consumo de drogas puede causar grandes daños para la salud, algunos de ellos capaces de producir secuelas permanentes. Estos incluyen:

  • Aumenta el riesgo de tener accidentes. El uso de drogas puede llevar al desarrollo del estado de adicción, lo que favorece que el joven asuma conductas arriesgadas, como conducir vehículos bajo el efecto de las drogas, incurrir en peleas o discusiones o incluso tener conductas delictivas.
  • Aumenta el riesgo de adquirir una enfermedad de transmisión sexual. Los jóvenes suelen tener una práctica de actividad sexual sin protección cuando se encuentran bajo los efectos de las drogas. Incluso algunas jóvenes pueden llegar a prostituirse para consumir drogas.
  • Puede ocasionar un accidente cerebrovascular o infarto cardíaco. Las drogas como la cocaína tienen efectos sobre el diámetro de las arterias, ocasionando su disminución lo que puede comprometer el aporte de oxígeno al cerebro o al corazón.
  • Favorecen los problemas de la memoria y la capacidad de aprendizaje. Esto ocurre especialmente con la marihuana, que afecta la capacidad de concentración ocasionando también alteraciones en la capacidad de aprender y recordar.
  • Pueden originar daños en el hígado. Drogas como el éxtasis son capaces de ocasionar insuficiencia hepática, condición en la que el hígado deja de funcionar normalmente.
  • Aumentan el riesgo de desarrollar problemas psiquiátricos como psicosis y esquizofrenia. El uso de drogas como la marihuana y la metanfetamina pueden llevar a que el joven desarrolle conductas psicóticas.

Algunos consejos:

  • Dialogar con los hijos aprovechando aquellas oportunidades en las que estén predispuestos a hablar, conversando sobre todos los riesgos del consumo de drogas para su salud, así como las consecuencias que le pudiera ocasionar a largo plazo.
  • Enfatizar también la necesidad de que sepa cómo tener una posición sobre este tema frente a su grupo y mantener su deseo de no consumirlas sin en algún momento le ofrecen hacerlo.
  • Fomentar actividades de ocio y aficiones comunes, encontrando la forma de divertirse con ellos.
  • Transmitir valores familiares y los valores propios de la comunidad a la que se pertenece y fomentar la pertenencia a ella.
  • Ofrecer un modelo adecuado, dando ejemplo de mesura con el consumo propio de alcohol.
  • Conocer a sus amigos y a su pandilla y ofrecer, en la medida de lo posible, la propia casa para que se reúnan.
  • Mantener unos horarios razonables pero firmes en las "salidas".
  • Reforzar positivamente las conductas que lo merezcan y negativamente las que requieran corrección (castigo justo), señalando estas últimas y explicando la actuación adecuada.

Adicción a las nuevas tecnologías

Las adicciones no ocurren solo frente a las sustancias de abuso. También puede darse la presencia de una adicción a la tecnología, especialmente a los videojuegos, dispositivos móviles y a Internet.

Pueden constituir hobbies o actividades de entretenimiento naturales para cualquier joven, que incluso les permita llevar socializar al compartir estrategias o crear chats para compartir sobre determinados temas, en una primera fase con un uso normal que puede estar controlado o supervisado por un adulto. Cuando la frecuencia de uso de estas herramientas es excesiva o cuando ocurre un cambio de conducta en el adolescente, es probable que haya una situación de adicción.

Las señales que deben hacer sospechar en una adicción a una determinada tecnología incluyen su uso excesivo y por tiempo prolongado, que hace que deje de lado muchas de sus responsabilidades e incluso realizar actividades recreativas como compartir con amigos y familiares.

Cualquier sospecha de adicción debe ser consultado a los especialistas para evitar consecuencias negativas en la salud de los adolescentes.



Bibliografía

  • AEP Asociación Española de Pediatría. Cruz Tratado de Pediatría, 11ª edición. Madrid: Editorial Médica Panamericana; 2017
  • Manual de diagnóstico y terapéutica en Pediatría". 6º edición. Ed. Panamericana. J. Guerrero-Fdez. A. Cartón Sánchez. A. Barreda Bonis. 2016
  • Nelson textbook of paediatrics Miller EK, Williams JV. Rhinoviruses. En: Kliegman RM, Stanton BF, St. Geme III JW, Schor NF.. 20ª ed. Elsevier. Philadelphia. 2018. p. 1612-3.
  • www.familiaysalud.esEste enlace se abrirá en una ventana nueva. AEPAP

Seleccionar

Categoría

Edad