Progreso del desarrollo psicomotor

Progreso del desarrollo psicomotor

El desarrollo psicomotor (DPM) es la adquisición progresiva de habilidades funcionales en el niño, reflejo de la maduración de las estructuras del sistema nervioso central que las sustentan.

El término DPM se emplea para definir el progreso del niño en las diferentes áreas durante los primeros 2-3 años de vida, periodo de gran plasticidad y muy sensible a los estímulos externos.

Es un proceso continuo que va de la concepción a la madurez. Suele tener una secuencia similar en todos los niños, pero con un ritmo variable. Se produce la adquisición de habilidades en distintas áreas: lenguaje, motora, manipulativa y social, que permiten al niño obtener independencia y adaptación al medio.

Depende de la maduración correcta del sistema nervioso central (SNC), de los órganos de los sentidos y de un entorno psicoafectivo adecuado y estable.

Los hitos madurativos van ocurriendo de forma progresiva y ordenada con la finalidad de desarrollar su potencial y llevarlos a convertirse en adultos independientes capaces de adaptarse a su entorno.

En este proceso el acompañamiento de los padres es fundamental, ya que además de contribuir con sus acciones y afecto al estímulo de tu hijo, puedes identificar señales de alerta que podrán ayudar al pediatra a determinar si el desarrollo psicomotor pudiera estar afectado por alguna condición, favoreciendo que se dé inicio a las acciones necesarias.


Desarrollo mes a mes

En la medida que los niños van creciendo su sistema nervioso genera nuevas conexiones y va madurando. Igual ocurre con sus sentidos, sus órganos internos y su sistema óseo y muscular. Todos estos cambios permiten que puedan realizar cada vez más acciones, las cuales deben lograrse en un determinado período de tiempo tras el nacimiento.

Primer mes

Esta etapa es de gran importancia ya que ocurren diversos cambios que permiten la adaptación del bebé a la vida fuera del útero.

Los reflejos primarios, arcaicos o neonatales que se observan en este periodo, constituyen una serie de respuestas reflejas que se obtienen mediante maniobras o estímulos diversos. El reflejo de la marcha desaparece sobre la sexta semana (1-2 meses), el reflejo de Moro (también llamado respuesta de sobresalto) ha desaparecido a los 4-6 meses o antes. Serán explorados por el pediatra en las consultas de revisión a las que las familias acudan tras el nacimiento del bebé.

En esta etapa ocurren varios cambios:

  • Aumento del tamaño del bebé, que puede evidenciarse por el incremento en el peso, talla y circunferencia de la cabeza.
  • La succión al alimentarse es cada vez más fuerte con el paso de los días.
  • El bebé debe cerrar los ojos cuando se hacen ruidos como aplausos cerca de sus oídos, lo que permite evaluar de manera indirecta su capacidad auditiva.

2 meses

  • Comienza a emitir sonidos cortos como las vocales.
  • Moviliza las piernas flexionándolas y extendiéndolas de forma alternada como si pedaleara.
  • Sonríe cuando se le habla o se le sonríe.
  • Abre sus manos de forma espontánea.

3 a 4 meses

  • Es capaz de mirar al rostro de las personas que se le acercan, sonríe y hace ruidos semejando una conversación.
  • Puede seguir un objeto con la mirada.
  • Cuando está tumbado boca arriba (posición supina), mantiene la cabeza en la línea media y junta sus manos.
  • Cambia su comportamiento al escuchar sonidos como por ejemplo de un sonajer. Intenta buscarlo, cambia su expresión y respira más rápidamente.
  • Levanta la cabeza cuando se encuentra boca abajo y apoya sus antebrazos.

4 a 6 meses

  • Es capaz de mirar el rostro e interactuar con las personas que lo miran o le hablan.
  • Agarra los objetos que le son acercados y los cambia de mano.
  • En posición supina, tumbado boca arriba dobla las rodillas y se agarra los pies.
  • Se puede mantener en sedestación (postura sentada) unos instantes con apoyo anterior de las manos.
  • Emite sonidos espontáneamente.
  • Se ríe fuerte.

7 a 9 meses

  • Se inclina y extiende sus brazos para alcanzar los objetos.
  • Comienza a llevarse los objetos a la boca.
  • Se mantiene sentado sin ayuda.
  • Gira la cabeza al escuchar un sonido.
  • Mira al objeto cuando se le cae.
  • Al estar acostado es capaz de girar hacia los lados y cambiar de posición.
  • No acepta fácilmente a los extraños.
  • Anticipa y reconoce situaciones familiares.

10 a 12 meses

  • El niño busca a las personas cuando juegan a aparecer y desaparecer detrás de un paño u objeto.
  • Ya puede duplicar sílabas pudiendo emitir palabras como papá, mamá, tete, dada.
  • Conoce y comprende el significado de algunas palabras.
  • Se sienta y mantiene el tronco erguido sin apoyo. Comienza a ponerse de pie con apoyo.
  • Se puede desplazar gateando o sentado.

13 a 15 meses

  • Imita los gestos que se le hacen, como aplaudir, saludar o lanzar besos.
  • Agarra objetos pequeños entre sus dedos índice y pulgar.
  • Emite ruidos con pausas como si estuviese conversando aunque no se entienda bien lo que dice.
  • Comienza a ponerse de pie y camina sin apoyo.
  • Reclama al adulto para que le ayude.

15 a 18 meses

  • Sigue instrucciones para realizar gestos como reír, aplaudir, dar besos o hacer muecas.
  • Es capaz de colocar objetos dentro de un recipiente más grande.
  • Puede hacer torres de 3- 4 cubos.
  • Puede comer sujetando solo la cuchara y su biberón.
  • Dice algunas palabras de forma espontánea.
  • Presta atención a los dibujos de los cuentos.
  • Camina bien y sin apoyo.
  • Comienza a desnudarse y puede ayudar a vestirse.
  • Señala las partes de su cuerpo cuando alguien las nombra.

18 a 24 meses

  • Identifica objetos y los señala.
  • Es capaz de coger un lápiz y hacer garabatos en una hoja de papel.
  • Puede decir unas 8-10 palabras a los 18 meses y a los 2 años decir una frase de 2 palabras.
  • Comprende ordenes sencillas.
  • Puede caminar para atrás sin caerse.
  • Pueden subir y bajar escaleras.
  • Imita a los adultos en las actividades cotidianas.
  • Señala varias partes del cuerpo.

Cada niño tiene su propio ritmo

Estas etapas se alcanzan a una distinta velocidad en cada niño, por lo que no hay que ser muy estricto con este esquema. Lo importante es que los progresos vayan ocurriendo de forma constante y les permitan ir adquiriendo habilidades.

Es recomendable que prestes atención a la forma en la que este se desenvuelve y estar siempre pendiente de la evolución de los hitos madurativos. Esta información es de gran importancia para que el pediatra pueda evaluar el progreso en el crecimiento y desarrollo del niño y si existe o no un retraso significativo en las adquisiciones esperadas para una edad determinada o se produce estancamiento o pérdida de habilidades adquiridas.



Bibliografía

  • Desarrollo psicomotor normal. Pediatr Integral 2015; XIX (9): 640.e1-640.e7
  • Manual de Neurología Infantil". A. Verdú. 2º edición. Editorial Panamericana
  • Nelson. Tratado de pediatría. 20º edición
  • AEP Asociación Española de Pediatría. Cruz Tratado de Pediatría, 11ª edición. Madrid: Editorial Médica Panamericana; 2014
  • Manual de diagnóstico y terapéutica en Pediatría". 6º edición. Ed. Panamericana. J. Guerrero-Fdez. A. Cartón Sánchez. A. Barreda Bonis. 201
  • www.familiaysalud.esEste enlace se abrirá en una ventana nueva. AEPAP

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