Esta prueba permite comprobar si existen alteraciones de los movimientos del esófago y saber cuál es la presión de la válvula que separa el esófago del estómago (esfínter).

Se introduce una sonda delgada por la nariz hasta el estómago. Durante la introducción de la sonda por la nariz y el paso por la faringe (garganta) se pueden producir alguna molestia como picor o nausea pero una vez colocada la misma el resto de la prueba se tolera bien. No existen riesgos descritos con esta prueba. Ocasionalmente se puede producir algo de tos irritativa posterior a la prueba. La sonda se conectará a un equipo que registra las contracciones del esófago desde la garganta hasta el estómago.

Es necesario que este en ayunas durante las 6 horas previas antes de la prueba, puede beber agua en cantidad moderada.

Deberá comentar la medicación que está tomando por si hubiera que suspender la toma de algún medicamento.

Una vez colocada la sonda, permanecerá tumbado y relajado mientras se va retirando la sonda poco a poco. El paciente tiene participación activa durante la prueba: debe responder a ciertas indicaciones como deglutir y respirar profundamente en el momento que se solicite, por esta razón debe estar alerta y despierto. El procedimiento no requiere sedación. Después de la prueba podrá continuar con su actividad habitual.