• LA OBESIDAD Y EL SENTIDO DEL GUSTO

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    A todos nos gusta disfrutar mientras comemos. Apreciar cada textura, cada sabor y cada sensación es uno de los placeres de la vida.

    Siempre se ha relacionado a las personas que sufren de obesidad con el disfrute excesivo de la comida, pero en realidad esta enfermedad provoca una respuesta reducida del sentido del gusto, es decir, lo entorpece.


    LA OBESIDAD ENTORPECE EL SENTIDO DEL GUSTO

    Hasta ahora los estudios se habían centrado en analizar la respuesta cerebral que controla el apetito y en los cambios hormonales que sufre una persona obesa.

    Un estudio publicado en la revista PLOS Biology ha revelado como la inflamación producida por la obesidad reduce la cantidad de papilas gustativas en la lengua de los ratones sometidos al estudio.

    Ya con anterioridad se mostraba en diversos estudios como el aumento de peso puede reducir la sensibilidad al sabor, efecto que se revierte al volver al peso normal.

    Los datos recogidos en este estudio sugieren que la adiposidad total derivada de una dieta alta en grasas da como resultado una inflamación de bajo grado que acaba derivando en una interrupción en los mecanismos de mantenimiento y renovación de las papilas gustativas.

    Esta nueva información revela que si las células encargadas de detectar el sabor no funcionan correctamente, puede haber una tendencia a ingerir más dulces y, por tanto, la sensación de saciedad puede tardar en aparecer.

    Todo esto abre la puerta al desarrollo de nuevas estrategias terapéuticas para aliviar la disfunción del sabor en poblaciones obesas


    EL ESTUDIO

    En el estudio se compararon 25 ratones normales con 25 que habían sido alimentados con una dieta rica en grasas que los había vuelto obesos. En comparación con los roedores delgados, los ratones con grave sobrepeso tenían menos células del gusto que respondían al estímulo de lo dulce, algo que no sucedió con los otros sabores básicos.

    Además, los autores encontraron que la dieta alta en grasas elevó en nivel de TNF-alfa que rodea las papilas gustativas y, sin embargo, los ratones que fueron incapaces genéticamente de producir TNF-alfa no tuvieron reducción en las papilas gustativas, a pesar de subir de peso. Por el contrario, la inyección de TNF-alfa directamente en la lengua de los ratones delgados condujo a una disminución en las papilas gustativas, a pesar del bajo nivel de grasa corporal.

  • Las peligrosas dietas milagro

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    Llega el verano y a muchos les gustaría desprenderse de esos kilos de más que hemos acumulado con tal de lucir en la playa un cuerpo 10. Nos atrae y convence la fácil idea que proponen las dietas milagro, sin ser conscientes de los problemas que pueden conllevar seguirlas. Desde OBEMETS Sevilla, queremos insistirte en que no hay fórmulas mágicas para adelgazar, recalcarte los peligros que pueden suponer este tipo de dietas y cuáles son sus riesgos para la salud.


    "El 31% de los españoles con sobrepeso ha seguido alguna vez una dieta milagro". Federación Española de Sociedades de Nutrición, Alimentación y DietéticaEste enlace se abrirá en una ventana nueva


    ¿Qué son las Dietas Milagro?

    Las dietas milagro son aquellas cuyo propósito es generar una rápida pérdida de peso con la ley del mínimo esfuerzo. Estas dietas suelen eliminar un grupo concreto de alimentos, o también pueden estar basadas en uno sólo (dieta de la piña, dieta de la sandía), privándonos muchas veces de nutrientes esenciales que necesitamos en nuestro día a día.

    Otro de los grandes problemas que detectamos en esta clase de dietas, es que son generalizadas, es decir, no se personalizan para cada persona.


    Consecuencias de las Dietas Milagro: El efecto rebote

    Si una persona consume menos calorías de las que habitualmente ingiere, es muy probable que las dietas milagro consigan su principal objetivo: la pérdida de peso. Pero lo que no sabemos, es que esta bajada de peso es fantasma, consecuencia sobre todo de la pérdida de líquidos y de masa muscular, y no de grasa.

    Los problemas vienen cuando, después de un tiempo, estas dietas pierden su eficacia, y aquí es cuando aparece el famoso "efecto rebote".

    También conocido como "efecto yo-yo", el efecto rebote se origina porque nuestro metabolismo se acostumbra a subsistir con menos calorías. Cuando dejamos la dieta y volvemos a consumir más colarías de las que nuestro organismo se ha acostumbrado, nuestro metabolismo no puede quemar todas esas calorías y las grasas se acumulan rápidamente.


    Tipos de Dietas Milagro

    Esta es la clasificación que la Fundación Española de Nutrición ha realizado de acuerdo al fundamento al que se le atribuye su eficacia:

    • DIETAS HIPOCALÓRICAS DESEQUILIBRADAS: contienen un bajo contenido en energía, pero que son desequilibradas.
    • DIETAS DISOCIATIVAS: se basan en la teoría de que los alimentos no engordan por sí mismos sino al consumirse según determinadas combinaciones, por lo que se puede comer de todo pero no durante la misma comida.
    • DIETAS EXCLUYENTES: se basan en eliminar de la dieta algún nutriente.
    • DIETAS PSICOLÓGICAS: utilizan estrategias psicológicas para conseguir reducir el consumo calórico.

    En conclusión, no hay recetas mágicas para la pérdida de peso. El sobrepeso se combate con una alimentación equilibrada y un plan regular de ejercicio físico, y no como proponen las dietas milagro.


    En OBEMETS somos conocedores de la gran dificultad que supone perder peso y de la necesidad de abordar de manera coordinada los factores que inciden en el sobrepeso y estamos dispuestos a ayudarte:Este enlace se abrirá en una ventana nueva


    Tu salud no se mide con una báscula.

  • Cirugía Bariátrica

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    El sobrepeso es un factor de riesgo que contribuye a la aparición de enfermedades, y que pueden llegar a reducir la esperanza de vida de las personas que la padecen.

    Seguramente hayas oído hablar del término cirugía bariátrica. Este tipo de cirugía hace referencia al conjunto de procedimientos quirúrgicos destinados a tratar la obesidad. En la actualidad, este tipo de intervenciones han demostrado ser la opción más eficaz para terminar con la obesidad. En múltiples muestran su eficacia en la reducción del riesgo de desarrollar enfermedades como la diabetes tipo 2, hipertensión, apnea del sueño, etc., así como en la curación de las mismas gracias a la pérdida de peso y cambios hormonales que se consiguen con ella.

    Por tanto, la cirugía bariátrica se postula como una alternativa eficaz en pacientes con obesidad grave que no han respondido a tratamientos no quirúrgicos, como seguimiento una dietético-nutricional, programas de ejercicio físico o fármacos antiobesidad.


    ¿Qué tipos de cirugías existen?

    Existen diversos tipos, pero en la actualidad las técnicas más empleadas por su bajo riesgo y efectividad son:

    • Sleeve gástrico o Manga gástrica: consiste en la disminución del tamaño del estómago, resecado la zona externa del mismo. De este modo conseguimos una capacidad gástrica mucho menor permitiendo una saciedad precoz en las comidas. Así mismo, se observan una reducción de los niveles sanguíneos de Grelina, "hormona del apetito", contribuyendo a que los pacientes no tengan hambre.
    • Bypass gástrico: este tipo de cirugía implica una reducción del tamaño del estómago que a su vez conecta es conectado directamente con una región más alejada del intestino delgado. Gracias a esto, se consigue que los alimentos ingeridos en pequeñas cantidades se salten parte del recorrido intestinal sin absorberse hasta el tramo final del aparato digestivo.


    ¿Qué personas son candidatas a una Cirugía Bariátrica?

    Según la Sociedad Española de Cirugía de la Obesidad Mórbida y de las Enfermedades Metabólicas (SECO), la operación será necesaria en personas con obesidad mórbida, es decir, cuando el paciente supere un IMC (Índice de masa corporal) superior a 40kg/m2; o que tengan obesidad grave (IMC>35kg/m2) y además presenten enfermedades como hipertensión, diabetes o problemas cardiovasculares.


    ¿Cuáles son los riesgos de la Cirugía Bariátrica?

    A pesar de que intervención quirúrgica realizada bajo anestesia general, está expuesta a complicaciones, el avance de la cirugía laparoscópica y de los medios técnicos empleado, así como el desarrollo de equipos médicos especializados en este tipo de técnicas han logrado minimizar los riesgos quirúrgicos de este tipo cirugía, con tasas de complicaciones quirúrgicas y mortalidad muy bajas.

    En estos casos el riesgo de continuar con obesidad es mayor que el de la propia intervención.

    El éxito a largo plazo de este tipo de intervención esta determinado por la adecuada programación prequirúrgica y seguimiento postintervención por parte de un equipo multidisciplinar (endocrinología, nutricionista, asesores deportivos y psicología) que ayude al paciente en las diferentes fases de adaptación nutricional, de actividad física y emocional.

    Actualmente, la obesidad se ha convertido en una de las mayores causas de muerte prevenibles. Sólo en España, la tasa de esta enfermedad se ha duplicado hasta llegar a los niveles más altos de los últimos 20 años. Aunque uno de los principales factores relacionados con la obesidad es la alimentación, existen otros factores que pueden determinar su aparición.

    La cirugía de la obesidad, como también se le conoce a este conjunto de técnicas, reduce significativamente las tasas de mortalidad y previene el desarrollo de nuevos problemas de salud.

  • Efecto rebote: qué es, sus causas y cómo impedirlo

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    Si eres de quienes siguen dietas para adelgazar, es muy probable que alguna vez te hayas visto en la situación de recuperar el peso perdido con relativa facilidad. El efecto rebote, también conocido como «efecto yoyó», es el resultado de un círculo vicioso que se produce cuando perdemos y aumentamos peso constantemente al seguir ciertas dietas hipocalóricas no recomendadas por especialistas.


    ¿Por qué se produce el efecto rebote?

    Cuando nos ponemos a régimen, nuestro cuerpo se acostumbra a recibir una cantidad de nutrientes y calorías menor al que estaba habituado. Una vez hemos conseguido vernos en el espejo como queremos, solemos abandonar progresiva o repentinamente el hábito adquirido para volver a consumir una mayor cantidad de alimentos y más calóricos. Ante este cambio, el cuerpo reacciona engordando porque le hemos pillado de imprevisto y estaba acostumbrado a funcionar con menos.

    Muchas veces la cosa no termina ahí, sino que se entra en una espiral de dietas que prometen ser cada vez más milagrosas y que hacen que se repita el proceso una y otra vez, como el mecanismo de un yoyó.


    ¿Cómo evitar el efecto rebote?

    La mejor forma de sortear el temido efecto rebote es ponerse en manos de un equipo multidisciplinar especializado donde el nutricionistaEste enlace se abrirá en una ventana nueva propondrá una dieta personalizada acorde al metabolismo del paciente. Esta ha de ser baja en calorías, pero conteniendo todos los nutrientes necesarios para el organismo. Hay que saber que una dieta saludable nunca nos hará bajar de peso drásticamente. Para que el cuerpo se adapte al nuevo peso, el cambio de hábito, además de mejorar nuestra salud, ha de ser duradero en el tiempo.


    La buena dieta se extiende a un estilo de vida saludable

    Por supuesto, toda dieta ha de ser siempre acompañada por un modo de vida activo, evitando el sedentarismo. Practicar algún deporte con regularidad será una gran ayuda. Si no, tendremos que acostumbrarnos a movernos un poco más. No conviene agobiarse, ya que como decimos, la pérdida de peso de forma saludable es un proceso lento. Es importante procurar no pasar hambre en ningún momento del día y no eliminar por completo los hidratos de carbono. Igualmente, una buena dieta es compaginable con la vida social, pero sin excesos y conociendo muy bien hasta qué punto podemos llegar. Aprender a disfrutar de la comida ligera nos aportará un plus de fuerza en el camino.

  • ¿Gordo yo? Cuándo acudir al médico

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    Las cifras de obesidad es España son alarmantes: el 24% de los hombres, el 21% de las mujeres y el 14% de los niños y adolescentes españoles presentan obesidad y el 25% sobrepeso. Según los datos recogidos en una encueta realizada por la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (SEEDO), el 44% de los encuestados manifestaron tener conciencia de tener exceso de peso, mientras que 4 de cada 10 reconocía haber hecho algo para adelgazar en el último año. ¿Pero habían acudido al médico?.

    Lo curioso y significativo fue que sólo el 19% decidió acudir al médico para perder peso de manera saludable, guiada y controlada, mientras que el 92% optó por las dietas milagros aún conociendo los riesgos de éstas para la salud.

    El problema es que las cifras de sobrepeso y obesidad están en constante incremento en España, algo que hace saltar la alarma. El estrés, unido a comer fuera de casa de manera sistemática sin un orden, picar mientras se trabaja, se ve la tele… se asocia con un aumento de la adiposidad central, siendo este efecto mayor en hombres que en mujeres, y puede influir en la obesidad o en el sobrepeso.

    Ahora que se acerca el buen tiempo es cuando todos nos acordamos de la importancia de lucir una buena figura y hay que tener especial cuidado en lo que hacer para conseguirlo. No vale con ponernos a dieta rigurosa, dejar de comer, o hacer todo el ejercicio que no hemos hecho durante el resto del año. Quizás es el momento de ponernos en manos de profesionales que nos ayuden a perder peso ganando salud.


    PERDER PESO, GANAR SALUD

    Otra de las frases que más se escuchan es "sólo me sobran 3-4 kilos, eso me lo quito yo sin ayuda de nadie", pero ¿cómo saber cuándo se está "gordo" y se debe adelgazar y acudir al médico? Para eso se emplea el Índice de Masa Corporal (IMC), que se calcula a partir de la fórmula: peso(kg)/talla(m2).

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    Se considera obesidad cuando ese IMC supera el número 30; entre los 25 y los 30 se le llama sobrepeso y por debajo del número 25 estaría el "normopeso".

    En el momento en el que el IMC supere el 25 se debe poner la persona a dieta. Pero SIEMPRE bajo supervisión médica y de los profesionales. El sobrepeso es la antesala de la obesidad y hay que tomar medida. Cuanto antes se aborde el problema mejor para la salud, ya que resulta más fácil perder tres kilos que diez.

    No sólo hay que pensar en la imagen física. La obesidad, y el sobrepeso, ponen en riesgo nuestra salud. Va más allá de un problema estético ya que se asocia a otras patologías como la diabetes, el colesterol, la hipertensión, enfermedades hepáticas… También a problemas de fertilidad y con el sueño.

    No frivolicemos con este tema, porque más allá de ser un canon de belleza, se trata de un problema de salud. Y en cuanto el IMC supere 25, hay que ponerse siempre en manos de un especialista, con el objetivo de mejorar de peso y evitar aquellas patologías asociadas a la obesidad. No pensemos sólo en el verano.

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El Centro de Excelencia en el Tratamiento de la Obesidad del Hospital Quirónsalud Sagrado Corazón de Sevilla, es un nuevo y exclusivo espacio para el tratamiento integral de la obesidad. Dirigido por el doctor Salvador Morales Conde y con un equipo multidisciplinar con más de 20 años de experiencia en el diagnóstico y manejo de los pacientes con problemas de sobrepeso y obesidad. Ofrecemos la excelencia en la atención médica y contamos con los recursos más novedosos para un diagnóstico y tratamiento individualizado, más preciso, seguro y con la última tecnología médica.