La epidemia del siglo XXI. Así califica la Organización Mundial de la Salud la obesidad, considerándola como la segunda causa de mortalidad prematura y evitable después del tabaco. A nivel mundial, los últimos datos reflejan que más de 1.900 millones de personas adultas presentan sobrepeso, de los cuales, 650 millones sufren de obesidad. En España, la tasa de afectados se sitúa entorno al 53% de la población, siendo el segundo país de la Unión Europea con mayor prevalencia, solo por detrás de Reino Unido.

Los datos muestran como, más allá de la cuestión estética que influye de manera directa en nuestra autoestima, se trata de un problema que puede generar graves consecuencias para nuestra salud.

Cuando la dieta no funciona

"Es muy común que el tratamiento de las personas afectadas por esta problemática se aborde desde una perspectiva reduccionista centrada en la cuestión dietético - nutricional, incidiendo únicamente en cambios relacionados con las pautas alimentarias, sin tener en cuenta muchos otros factores influyentes y olvidando que la acción de comer significa mucho más que alimentarse" explica la Dra. Patricia Barba, psicóloga especialista en obesidad del Departamento de Medicina Estética del Hospital El Pilar.

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Según numerosos estudios, alrededor del 30 % de los pacientes que siguen un programa de pérdida de peso centrado exclusivamente en los aspectos nutricionales, no sólo no mantienen a largo plazo los resultados conseguidos, "sino que sufren un efecto rebote por el que llegan a alcanzar un peso incluso mayor que el peso inicial, generando una desmotivación y una frustración que configura un círculo vicioso del que no es fácil salir" añade la Dra. Barba

¿Por qué resulta tan complicado deshacerse definitivamente de este problema?

"Si bien es cierto que cada persona es única e incomparable, también es una realidad que existen patrones comunes que se reflejan en la gran mayoría de casos de sobrepeso y obesidad y que dificultan la consecución del objetivo, que va más allá de la mera pérdida de peso observable".

Según explica la Dra. Barba "desde el punto de vista psicológico, la creencia de falta de control ante la comida reforzada por los hábitos poco saludables establecidos (como el abuso de la comida rápida y/o atracones como estrategia de regulación emocional), los pensamientos negativos sobre la propia imagen corporal e incluso sobre la capacidad personal, dan como resultado síntomas de ansiedad y bajo estado de ánimo".

"Por ello, independientemente de la alternativa escogida para combatir el exceso de peso (dieta, balón gástrico o intervenciones médico quirúrgicas), si no se trabaja desde la base del problema, tarde o temprano (y más temprano que tarde), volveremos a encontrarnos en la situación inicial, pero con una autoestima más dañada y con menos motivación".

¿Cómo lograr nuestro objetivo?

"El primer paso" dice la Dra. Barba "consiste en fortalecer la motivación de la persona para implicarla en este proceso de cambio, fijando objetivos realistas y metas cercanas alcanzables.

Para lograrlo, trabajaremos con un amplio abanico de técnicas y estrategias cognitivo conductuales dirigidas a recuperar o manejar estrategias de afrontamiento más saludables (como psicoeducación, relajación y visualización o técnicas de autocontrol)"

La finalidad por tanto, no solo es lograr una pérdida de peso saludable, sino ofrecer al paciente todas las herramientas disponibles que permitan que el proceso terapéutico cristalice en una toma de conciencia dando como resultado un cambio permanente y no únicamente transitorio.