La vesícula biliar tiene como función principal liberar bilis al tracto digestivo durante la ingesta de alimentos para favorecer la absorción de estos. "La enfermedad vesicular más frecuente es la aparición de cálculos (litiasis) en su interior, aunque también podemos encontrar pólipos vesiculares o cáncer", comenta el doctor Pedro Machado Liendo, del Servicio de Cirugía General y del Aparato Digestivo del Hospital Quirónsalud San José. Los cálculos, que pueden ser de número y tamaño variables, son depósitos duros de colesterol, sales biliares o una combinación de ambos que se forman dentro de la vesícula y que provocan obstrucción de la salida de bilis, inflamación local o infección.

La sintomatología de los mismos es muy variable: desde digestiones pesadas, náuseas o vómitos hasta dolor abdominal tipo cólico posterior a la ingestión de comidas copiosas o ricas en grasas (cólico vesicular). "Algunas veces la forma de presentación de la enfermedad es más severa, con inflamación aguda de las paredes de la vesícula (colecistitis aguda), ictericia obstructiva (coloración amarillenta en piel, conjuntivas y mucosas) secundaria al paso de cálculos a la vía biliar principal, que ocasiona obstrucción del drenaje biliar, o pancreatitis aguda (enfermedad potencialmente mortal)", explica el especialista.

Hay casos también en el que no se presentan síntomas y la detección de los cálculos es casual durante una prueba radiológica rutinaria o en el estudio de otra patología abdominal.

¿Es frecuente la patología vesicular?

La colelitiasis (piedras en la vesícula biliar) es una enfermedad con una prevalencia media-alta en nuestro medio. "Algunos estudios hablan de que el 5% de la población en España desarrollará a lo largo de su vida patología vesicular. Sin embargo, si la comparamos con la prevalencia en Venezuela u otros países de Latinoamérica, donde el 35% de la población padecerá colelitiasis, podríamos decir que es una prevalencia relativamente baja", subraya el doctor Machado.

Pruebas para el diagnóstico de colelitiasis y soluciones quirúrgicas

Hoy en día existen numerosas pruebas que permiten el diagnóstico de esta patología. Sin duda alguna, la prueba de elección es la ecografía abdominal, aunque también es posible servirse de una analítica de sangre en la que se evidencie el comportamiento de las enzimas hepáticas, bilirrubina sérica y enzimas de colestasis (parámetros que indican el correcto drenaje biliar). "En algunos casos están indicadas pruebas adicionales como TAC abdominal o ColangioRMN", añade el cirujano del Hospital Quirónsalud San José.

En el caso de ser diagnosticado de litiasis vesicular, la recomendación es la extirpación quirúrgica de las piedras por cirugía laparoscópica o mínimamente invasiva. Además, al ser un procedimiento por vía laparoscópica, lo habitual es un ingreso hospitalario de menos de 24 horas. "El dolor postoperatorio es leve o moderado durante las primeras 24-48 horas y cede con analgesia convencional. La reincorporación al trabajo y a la vida normal suele ser a la semana de la intervención quirúrgica", concluye.

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