Desgraciadamente no hay un tratamiento que cure definitivamente la acalasia o los espasmos del esófago, pero sí algunos que le pueden ayudar y conseguir que los síntomas desaparezcan casi del todo y se pueda llevar una vida normal.

En la acalasia los tratamientos van dirigidos a abrir el esfínter inferior del esófago, que se encuentra cerrado. Para ello se han utilizado cuatro procedimientos diferentes:

  • Medicinas
  • Dilataciones mediante endoscopia
  • Inyecciones de toxina botulínica mediante endoscopia
  • Cirugía

Las medicinas, tales como los nitritos o los bloqueantes del calcio, abren parcialmente el esfínter esofágico inferior al ejercer un efecto relajante sobre el músculo. Son los mismos fármacos que se utilizan en la angina de pecho o en la hipertensión arterial porque también relajan los músculos de arterias. Sin embargo, su beneficio es escaso en la acalasia y sólo consiguen una mejoría relativa y transitoria. Se pueden utilizar hasta que se realice un tratamiento más definitivo.

Las dilataciones consisten en abrir el esfínter esofágico inferior mediante un pequeño balón que se introduce a través de un endoscopio y se hincha dentro del esófago. Los resultados, por lo general, son buenos pero en aproximadamente un 5-8 % de los pacientes aparece alguna complicación, en especial una perforación del esófago que puede necesitar cirugía de urgencia.

La toxina botulínica es un excelente relajante muscular. Por eso, cuando se inyecta en el esfínter esofágico inferior consigue que se abra. El problema es que su acción es transitoria y a los 6-10 meses el efecto desaparece. Sólo debe indicarse cuando no puede realizarse dilatación o cirugía, o cuando existe alguna duda en el diagnóstico.

La cirugía por vía laparoscópica es el tratamiento que más se realiza actualmente para la acalasia. Se corta y abre el esfínter esofágico inferior y se completa la intervención con una técnica (funduplicatura) para que luego no exista reflujo. En condiciones normales el paciente tiene que estar ingresado unas 48 horas.

Tanto con la dilatación endoscópica como con la cirugía los resultados suelen ser favorables, aunque los pacientes pueden tener cierta dificultad para pasar la comida o episodios de dolor en el pecho en alguna ocasión. Tras el diagnóstico y el tratamiento deberán seguir controles periódicos por el médico especialista en Aparato Digestivo con el fin de prevenir y diagnosticar lo antes posible la reaparición de los síntomas.

En el espasmo esofágico difuso el tratamiento se realiza con fármacos, y rara vez está indicada la dilatación endoscópica o la cirugía.