Gracias a su precisión, el láser CO2 es la técnica más adecuada para aquellas operaciones que están localizadas en la laringe, sobre todo cuando se habla de tumores o de zonas con especial complejidad. "Se usa como un bisturí y permite resecar tumores en una pieza, cuando son pequeños, o fragmentándolos, ya que el corte sella los vasos sanguíneos y los linfáticos se reduce el sangrado intraoperatorio y se evita la migración de células tumorales", detalla el doctor Manuel Bernal, especialista en el abordaje de laringe del Hospital Quirónsalud Valencia y Presidente de la Sociedad Española de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello.

Uno de los grandes beneficios del láser CO₂ es la posibilidad de sellar, en el mismo corte, los vasos sanguíneos y los linfáticos, reduciendo el sangrado intraoperatorio y evitando la migración de células tumorales y preserva la parte no afectada por el tumor, de modo que evita las traqueotomías en muchos casos y mejora la calidad vida de los pacientes. "Gracias a la mejora de la tecnología, el spot -o punto de láser cortante- es sumamente fino, razón por la cual se preserva tejido sano, que luego será útil en la función de la voz o de la deglución", subraya el doctor Bernal.

la intervención vía láser CO2 ha demostrado obtener unos resultados superiores al 80 % en la tasa de supervivencias de los pacientes con tumores pequeños en los cinco años posteriores. "En tumores pequeños (T1 y T2), la cirugía transoral laser sustituye perfectamente a la radioterapia, con una cifras de supervivencia similares -subraya el doctor Bernal-. La ventaja del láser es que puede repetirse, mientras que el fracaso de un tratamiento con radio-quimioterapia suele ser una gran cirugía de rescate".

Por último, esta herramienta puede entenderse como un tratamiento complementario a la radioterapia y la quimioterapia en tumores más grandes.