Las manifestaciones de la alergia (asma, rinoconjuntivitis, urticaria) producidas por animales son cada vez más frecuentes debido al incremento de animales de compañía en los hogares.
El gato (Felis domesticus) es el animal doméstico que con mayor frecuencia es responsable de alergia, muchas veces grave. Los pacientes pueden presentar síntomas incluso bastante tiempo después de la retirada del animal del domicilio debido a que los residuos se adhieren íntimamente a los tejidos (alfombras, moquetas, sofá), permaneciendo mucho tiempo a pesar de que se realice una limpieza intensa. El material alergénico se encuentra principalmente en la saliva, pero también en el pelo, la piel, la orina y las heces.
El perro (Canis familiaris o domesticus) es el animal doméstico que se encuentra con más frecuencia en contacto directo con los niños. El material alergénico procede del pelo, la piel y la saliva.
El pelo del caballo (Equus caballus) puede provocar reacciones alérgicas muy graves, pudiendo producir crisis asmáticas incluso sin contacto directo con el animal.
Otros animales también pueden producir síntomas en personas alérgicas.
Normas ambientales para pacientes alérgicos a epitelios de animales:

  • En todos los casos la principal medida de prevención es retirar al animal de la casa de la casa (en el caso del gato, el alergeno permanece en el ambiente hasta 4 meses después de su retirada).
  • Como medida de prevención, los niños atópicos no deben tener animales en casa por el mayor riesgo de sensibilización. Recordar además, que los animales favorecen la proliferación de ácaros del polvo.
  • En caso de no ser posible la retirada del animal:
  • Eliminar los reservorios para los alergenos (sofás, alfombras, moquetas…)
  • Utilizar aspiradores con filtro.
  • Lavar semanalmente al animal. En el mercado existen productos que se pueden aplicar después del baño para evitar en la medida de lo posible la descamación del epietlio.
  • Evitar la entrada del animal en la habitación del paciente alérgico.