Los fármacos son productos beneficiosos, pero también pueden tener efectos adversos, aunque sólo un pequeño porcentaje de estas reacciones adversas son verdaderamente reacciones alérgicas.
En estos casos, el sistema inmunitario del paciente reacciona en contra del medicamento y se producen sustancias químicas que son las responsables de los síntomas alérgicos.

Reacciones no alérgicas
Estas reacciones pueden ser debidas a diferentes mecanismos: altas dosis de un cierto medicamento pueden resultar tóxicas, especialmente si se toman un largo período. El antibiótico vancomicina, por ejemplo, puede lesionar el oído y el riñón; la teofilina, un medicamento para el asma, puede provocar palpitaciones. Ciertos medicamentos, como el antibiótico eritromicina, pueden causar trastornos digestivos. Todas estas reacciones no son alérgicas, y el mismo paciente puede tolerar dosis más bajas.
Otros pacientes pueden tener una reacción adversa si tienen problemas en el hígado o en los riñones, o por la interferencia de otros medicamentos que se tomen al mismo tiempo. En casos poco frecuentes, un paciente puede tener una deficiencia de la enzima responsable de metabolizar el fármaco.

Reacciones alérgicas
Al presentarse una verdadera reacción alérgica, los signos y los síntomas dependen de la parte del sistema inmunitario que esté reaccionando. La reacción alérgica más grave es la anafilaxia: cuando un paciente tiene anticuerpos IgE programados para unirse al fármaco, al hallarse todos dos se produce una liberación explosiva de histamina y otros agentes químicos de las células cebadas a las que está conectada la IgE, provocando una reacción que puede ser muy grave.
La presencia de los síntomas siguientes tiene que alertar al paciente o a sus familiares: sensación de calor, rojeces, prurito, urticaria, hinchazón en la garganta (edema laríngeo), asma (broncoespasmo), mareo por la baja presión sanguínea, ritmo irregular del pulso, náuseas y vómitos, dolor abdominal, shock y, raramente, muerte.
Estos síntomas requieren atención médica inmediata, siendo el tratamiento indicado la adrenalina y otras medidas que el personal sanitario crea convenientes. La mayoría de las reacciones anafilácticas aparecen antes de una hora después de la exposición del fármaco y en un 5-20% de los casos se repiten horas después, con más frecuencia en pacientes con reacciones iniciales muy graves. El anticuerpo responsable (IgE) del desencadenamiento de la anafilaxia es producido por el sistema inmunitario en respuesta a exposiciones anteriores al fármaco; esta producción puede ser gradual, y muchos pacientes no tienen síntomas o bien presentan síntomas muy leves. En este último caso, es muy importante comunicar a su médico estas reacciones, ya que es posible que sean una señal de advertencia de peligro de una reacción anafiláctica futura.
La reacción alérgica más frecuente a los fármacos es una erupción parecida al sarampión (sin urticaria) que típicamente aparece después de unos cuantos días de tratamiento, normalmente sólo afecta a la piel y desaparece al cesar la administración del fármaco. Excepcionalmente aparecen ampollas en la piel, y esto es señal de una complicación seria. En todos los casos es necesario que lo consulte con su médico, para que él le haga las indicaciones pertinentes.
El hecho de que un paciente expuesto a un medicamento presente una reacción alérgica depende de muchos factores: uno es la naturaleza del fármaco. Las reacciones son más frecuentes con penicilina, sulfamidas, alopurinol (tratamiento de la gota), anticonvulsivantes y medicamentos antiarrítmicos. La posibilidad de desarrollar una reacción alérgica puede aumentar si el fármaco se administra repetidamente, en grandes dosis, o con inyección. El factor más importante puede ser una tendencia genética heredada del sistema inmunitario a desarrollar estos tipos de reacciones. Contrariamente los antecedentes familiares de alergia a un fármaco específico no significan que un paciente tenga más posibilidades de reaccionar al mismo fármaco.

Evaluación
Si presenta una reacción inesperada mientras toma un medicamento, tiene que anotar el nombre del medicamento sospechoso y consultar inmediatamente a su médico. Éste valorará diversos factores para determinar si se trata de una alergia: ¿Corresponden los síntomas a una reacción alérgica? ¿Qué fármacos se han introducido recientemente?: la mayoría de las reacciones aparecen días o semanas después de la dosis inicial.
Los fármacos tolerados o administrados de forma crónica raramente son la causa de reacciones. ¿Cuál es la tendencia del (de los) fármaco (-s) sospechoso (-s) a inducir una reacción alérgica? Actualmente existen pocos exámenes disponibles para diagnosticar alergias a medicamentos específicos: pruebas cutáneas y análisis de sangre (determinaciones de anticuerpo IgE) para los casos de penicilina e insulina. Las pruebas cutáneas y sobre todo las de laboratorio, con otros medicamentos, están menos estandarizadas y por tanto sus resultados son menos fiables.
Si usted ha tenido una reacción en el pasado con algún fármaco, ¿puede recibirlo de nuevo? La mayoría de veces, es preferible que el paciente tome un fármaco alternativo. En todo caso, si este fármaco es necesario, hay que consultar con un especialista alergólogo para que valore si la reacción que presentó era de tipo alérgico y, si lo considera necesario, practique las pruebas para llegar a un diagnóstico correcto.
Actualmente no existe ningún análisis para predecir la posibilidad de desarrollar reacciones alérgicas. ¿Qué hay que hacer en el caso de presentar una reacción a un medicamento? El paciente tiene que tomar nota de cualquier reacción que presente a un fármaco: nombre comercial, para que lo tomaba, cuánto tiempo hacía, qué tipo de reacción ha presentado. Tiene que informar a su médico, para que valore la reacción y la anote en su historial.
En ocasiones posteriores, cuando se le indique un tratamiento tendrá que informar al médico de las reacciones anteriores. El médico valorará si la causa de la reacción ha sido por un mecanismo alérgico y la necesidad de enviarlo a un especialista alergólogo para estudiarle.
El alergólogo, después de realizar un estudio, le indicará qué fármacos puede tomar y si ha de utilizar una identificación de Alerta - Médica.