Si a usted le aparecen unas manchas en la piel, elevadas, con mucho picor, evanescentes y que no dejan descamación aunque las rasque (ronchas), probablemente sufra una URTICARIA. Algunas veces la inflamación es menos definida, ya que arranca de zonas más profundas de la piel, y predomina en los labios, párpados, lengua, genitales o extremidades. Es lo que se conoce como ANGIOEDEMA.
Hasta el 20% de la población sufre urticaria alguna vez durante su vida. En casi la mitad de los casos están presentes a la vez urticaria y la ANGIOEDEMA, en un 40% sólo se manifiesta la urticaria y en un 10% aparece sólo la ANGIOEDEMA. En principio no son enfermedades graves, pero pueden serlo si el ANGIOEDEMA se extiende al cuello (garganta) o a la traquea con un compromiso respiratorio o si afecta al aparato digestivo con una pérdida importante de líquidos (diarrea severa e incluso shock).
Se considera que una urticaria es aguda si dura menos de 6 semanas y crónica si persiste más de este tiempo. En los dos casos, la aliberación cutánea de una substancia llamada histamina es la causa principal e inmediata de las alteraciones. La histamina puede liberarse tanto por la alergia como por causas no alérgicas. Así mismo, algunos tipos de urticaria se deben a otras substancias diferentes a la histamina.
Tanto la urticaria como la ANGIOEDEMA pueden ser producidas por diferentes causas y diferentes mecanismos, entre ellos el alérgico, que hace que el estudio etiológico de esta patología sea complejo. En el mejor de los casos y después de un riguroso estudio, se puede atribuir una causa específica sólo en el 30-40% de las urticarias.
Para determinar la causa de la urticaria o de la ANGIOEDEMA, el alergólogo además de hacerle una exploración física cuidadosa, en el curso de la historia clínica le preguntará sobre diferentes aspectos:

  • frecuencia, duración y gravedad de los síntomas
  • distribución de las lesiones
  • antecedentes médicos y los posibles tratamientos para otras enfermedades
  • antecedentes familiares
  • lugar de residencia y entorno; actividad profesional y entorno
  • agravamiento de los síntomas con -por ejemplo- ducha o ejercicio, exposición al frío, al calor o al sol
  • viajes relativamente recientes.

Si la urticaria es aguda, posiblemente se pueda determinar la causa y no se requieran más estudios; si es crónica, lo más probable es que le solicite un análisis de sangre y si se cree conveniente también radiografías y análisis de orina y de excremento. Otras veces -no siempre-, también le harán un estudio cutáneo de alergia.

Si se encuentra la causa, lo más probable es que un alimento o un fármaco sea el responsable, especialmente en casos de urticaria aguda. En nuestro medio, las frutas son la causa más frecuente entre los alimentos, junto con la leche y el huevo (sobre todo en los niños) y el pescado. Entre los fármacos, aunque las penicilinas son muy conocidas como responsables de desencadenar una urticaria, con mucha diferencia, la primera causa son los antiinflamatorios no esteroides (Aspirina y similares). Éstos no sólo causan urticaria, sino que con frecuencia agravan una urticaria ya existente. Otras causas son más remotas y su médico las indagará: enfermedades endocrinas, infecciosas, reumáticas, mastocitosis y, aunque con menos frecuencia, enfermedades hereditarias y malignas.
Una causa frecuente de urticaria son los estímulos físicos: por ejemplo, hay urticarias que se desarrollan con la exposición al sol, con el frío o con el calor, por presión local, vibración, ejercicio físico, fiebre o por el simple roce de la piel (dermografismo).
Si los síntomas son claramente intermitentes, un registro puede ayudar mucho al facultativo. Así, los alergólogos recomiendan que el paciente tome nota, en cada episodio, de:

  • día y hora de aparición
  • entorno y actividad física
  • fármacos en curso (tolerados previamente o no, incluidas medicinas naturales y laxantes
  • comer (4-6 horas antes del inicio)
  • si es una mujer, fase del ciclo menstrual


La principal medida en el tratamiento de la urticaria si se conoce la causa que la desencadena es evitarla (sería el caso de los fármacos, desencadenantes físicos) o hacer un tratamiento de la patología que la precipita (infecciones, parasitismo intestinal, etc.). Es importante evitar los antiinflamatorios y otros fármacos que no sean estrictamente necesarios.
Si todo esto resulta insuficiente o no existe una causa evidente, su alergólogo probablemente le indicará un tratamiento con fármacos antihistamínicos. Los considerados como 'clásicos' (hidroxicina, dexclorfeniramina...) en algunas personas producen efectos secundarios (somnolencia y a veces sequedad de boca), lo cual no sucede generalmente con los más modernos (ebastina, loratadina, cetiricina, mizolastina y semejantes). De todas maneras, su médico le indicará el antihistamínico más adecuado para su caso. algunas veces el tratamiento no es suficiente y será necesario la administración de otros fármacos (corticoides o adrenalina) que han de ser controlados siempre por un facultativo.
En resumen, la mayoría de los casos de urticaria/ANGIOEDEMA son muy molestos pero pasajeros y sin más gravedad. Con la ayuda de su médico los pacientes pueden evitar los desencadenamientos concretos -si existen- o, al menos, evitar las lesiones con la medicación adecuada. Lo más frecuente es que el cuadro remita espontáneamente, igual que apareció. Si no es así, será necesario un estudio más amplio por un especialista alergólogo.