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La artroscopia es una técnica quirúrgica que nos permite observar directamente el interior de las articulaciones y tratar las diversas lesiones sin necesidad de abrir la articulación que se está evaluando. Se trata por tanto de una técnica quirúrgica mínimamente invasiva que permite una recuperación más rápida del paciente y una disminución en el tipo y frecuencia de complicaciones que pueden presentarse.


¿Cuándo está indicada la artroscopia?

Cada vez es mayor el número de intervenciones que pueden realizarse mediante la artroscopia, con grandes ventajas sobre la cirugía clásica (abierta). Las ventajas de la técnica endoscópica sobre la cirugía clásica son la más rápida recuperación del paciente y las menores molestias postoperatorias, ya que se trata de una operación menos invasiva.

Para lograr la recuperación completa de la articulación tras la realización de una artroscopia, conviene que el paciente realice ejercicios de rehabilitación que le ayudarán a la cicatrización de los tejidos y a una recuperación completa.

Las principales intervenciones que realizamos con esta técnica son:

  • Cirugía artroscópica de menisco y reconstrucción de Ligamento Cruzado en rodilla.

  • Cirugía de cadera para el choque femoracetabular y trocanteritis en cadera

  • Lesiones del labrum y reparación del manguito rotador en hombro

  • Cirugía de otras articulaciones como el tobillo para limpieza articular o lesiones del cartílago y reparación del fibrocartílago triangular en la muñeca