La gastroenteritis aguda es uno de los problemas digestivos más frecuentes en niños. Seguramente tu pequeño la ha sufrido alguna vez, pero… ¿sabes qué hacer en caso de que se contagie? El doctor Jesús González, especialista en digestivo pediátrico de Quirónsalud Zaragoza, resuelve las dudas más comunes de los padres frente a esta enfermedad.

"Esta patología se produce por la inflamación del tubo digestivo y, generalmente, es a consecuencia de un virus, aunque también puede ser provocada por bacterias. De tal forma que sus síntomas más frecuentes suelen ser vómitos, diarrea, inapetencia, dolor abdominal en forma de retorcijones y fiebre, entre otros", explica el especialista.

Cómo evitar su propagación entre los niños

"El contagio se produce -con gran facilidad- de persona a persona y mediante una transmisión feco-oral. Por este motivo, y debido a la forma de relacionarse de los más pequeños, quienes tienen bastante contacto físico a la hora de jugar, son muy proclives a contagiarse", señala el doctor Jesús Gonzalez. "En este sentido -precisa-, el lavado exhaustivo de manos al menos durante 30 segundos, tanto en los pacientes como en los cuidadores, es fundamental para evitar su transmisión, frente a las soluciones hidroalcóholicas".

Recomendaciones para tratar la gastroenteritis infantil

El pilar fundamental está basado en prevenir la deshidratación, que se produce por un desequilibrio entre la entrada y la pérdida de líquidos y sales minerales. "Para ello -indica el especialista-, utilizaremos sueros de rehidratación oral. Sin embargo, si tu hijo no tiene sed, es importante no forzarle a beber y hacerlo en pequeñas cantidades. Además, si tiene apetito, instauraremos una dieta lo más pronto posible, ya que favorece su recuperación. En ella incluiremos alimentos apetecibles y de forma fraccionada como cereales (trigo o arroz), carne y pescado a la plancha o hervido, frutas, verduras, yogur, pan y patata, evitando los productos condimentados o con un alto contenido en grasas y azúcar".

En el caso de los bebés lactantes alimentados con leche materna, se debe continuar con esta como se hace de forma habitual. Tampoco se recomienda variar las proporciones de la leche de fórmula, ni reducir su concentración.

¿Cuándo debo acudir al médico?

El doctor advierte que "es aconsejable ir a urgencias para una valoración pediátrica cuando aparezcan algunas señales de deshidratación como la boca pastosa, la lengua muy seca o el llanto sin lágrima. También hay que prestar especial atención a los signos de azúcar bajo en sangre, que ocasiona somnolencia y propicia que los niños estén poco reactivos y sin ganas de jugar. Asimismo -concluye-, si el paciente tiene fiebre alta y difícil de controlar, es recomendable acudir al especialista".

Para saber más sobre pediatría u otras cuestiones de salud infantil, consulta los vídeos del proyecto #SALUDitos.