El ronquido es el ruido que se produce al dormir y, normalmente, es consecuencia de un estrechamiento en las vías respiratorias. Si tu hijo ronca, debes poner atención, ya que, en ocasiones, no es recomendable para su salud y puede afectar a su corazón o sus pulmones, así como repercutir en el sistema metabólico o, incluso, provocar problemas de comportamiento y aprendizaje. Además, es posible que el pequeño no descanse adecuadamente. Para conocer más detalles sobre este tema, hablamos con el doctor Jorge Alfaro, especialista en otorrinolaringología pediátrica en Quirónsalud Zaragoza.

"Una de las causas más frecuentes del ronquido en niños es tener unas amígdalas (anginas) y unas adenoides (vegetaciones) más grandes de lo normal, lo que se conoce como hipertrofia. Esta patología provoca una respiración bucal ruidosa", señala el doctor. Asimismo, este problema también puede estar relacionado con alguna mal formación del paladar o de la mandíbula, con enfermedades neuromusculares o si el niño tiene sobrepeso.

Cuándo debemos preocuparnos

Es normal que un niño ronque durante unos días cuando está acatarrado o tiene una infección en las vías respiratorias. Pero, si el ronquido se prolonga en el tiempo, se recomienda acudir al pediatra. El doctor Alfaro señala que "hay que descartar que cuando el pequeño ronque tenga apneas, es decir, que haga pausas al respirar. Esto repercute en su salud y da lugar al SAHOS o síndrome de apnea-hipopnea obstructivo del sueño".

Por este motivo, el especialista aconseja "observar a tu hijo cuando está dormido para comprobar si interrumpe la respiración durante más de 10 segundos y si se repite en varias ocasiones a lo largo de una hora". "Por lo que -continúa-, hay que acercarse mientras duerme y examinarle, si hace esas paradas respiratorias, se nota con bastante facilidad. En ese caso, hay que acudir al otorrino para determinar cuáles son las causas y precisar la severidad del problema realizando pruebas de sueño".

Tratamiento para abordar el ronquido en edad pediátrica

La solución pasa por tratar de recuperar el espacio en las vías respiratorias y desobstruirlas. "En este sentido, en Quirónsalud llevamos más de 20 años realizando la reducción amigdalar con láser CO2. A día de hoy, hemos llevado a cabo más de 1.000 intervenciones con un porcentaje muy alto de éxito. Asimismo, también hay que extirpar las vegetaciones", indica el doctor Jorge Alfaro. -Y añade-, "es una técnica conservadora, porque no eliminamos la amígdala por completo y no se dan puntos, por lo que el postoperatorio es muy rápido, poco doloroso y los resultados se ven a corto plazo. De hecho, la intervención se hace por la mañana y el paciente se va por la tarde a casa. En un día o dos, el niño deja de roncar".

Para saber más sobre otorrinolaringología infantil, consulta este vídeo: Otorrinolaringología pediátrica, Dr. Alfaro.