La parálisis del nervio facial supone una alteración funcional muy importante que conlleva un componente psicológico y social añadido. La pérdida de la mímica facial estigmatiza a estos pacientes y por ello es preciso restaurar su función.

Las técnicas que se emplean dependen principalmente del tiempo de evolución de la parálisis y de la causa que la ha producido y se encaminan a restaurar la oclusión de los párpados, la caída de la ceja, corregir la desviación de la boca y restaurar la capacidad de sonreír.

Cada paciente requiere un estudio individualizado y en dependencia de sus expectativas y necesidades aplicar unas técnicas u otras.

La patología compresiva de los nervios es relativamente frecuente sobre todo en la extremidad superior que produce un lento y doloroso deterioro de la función de la mano. Ejemplos de estas patologías son la compresión del nervio mediano en la muñeca conocida como Síndrome del túnel carpiano o la compresión del nervio cubital en el codo conocida como Síndrome del canal cubital.

A nivel de la extremidad inferior es relativamente frecuente la afectación del nervio tibial en el túnel del tarso que produce dolor y disminución de la sensibilidad en la planta del pie muy frecuente en pacientes diabéticos responsable en muchas ocasiones de ulceraciones en el pie. Su descompresión puede prevenir la necesidad de amputaciones por ulceraciones y osteomielitis.

En otras ocasiones nos encontramos lesiones traumáticas de los nervios por heridas incisas que conducen a parálisis distales y déficits funcionales. La reparación microquirúrgica urgente es el procedimiento más adecuado en estas situaciones con resultados satisfactorios. En casos crónicos, la interposición de injertos nerviosos y la transposición de músculos no paralizados es fundamental para recuperar las funciones perdidas.