Desde 1997 que se realizó en Francia la primera colecistectomia laparoscópica, gran número de cirujanos han tenido que abandonar su cirugía tradicional y comenzar en el laboratorio de cirugía experimental para de nuevo aprender y adquirir la experiencia necesaria en la cirugía laparoscópica.

El tratamiento es el mismo que en la cirugía convencional, solo se diferencia en la vía de abordaje gracias a la aplicación de la tecnología a la cirugía. La mayor ventaja de la cirugía laparoscópica no es sólo el hecho cosmético, sino que, al provocar un menor traumatismo al paciente, necesita menor dosis de calmantes postoperatorios, tiene una mejor función respiratoria y puede ingerir alimentos a las pocas horas por lo que la recuperación es mucho mas rápida.

La intervención se realiza a través de unos orificios de pequeño tamaño por los que se introduce una óptica conectada a una videocámara y los instrumentos necesarios. Con los continuos avances tecnológicos cada vez son más las intervenciones abdominales que se pueden realizar con abordaje laparoscópico.