Si se considera oportuno tras un bloqueo diagnóstico o concomitantemente se puede complementar la terapia con radiofrecuencia.

Se trata de una técnica que gracias a un voltaje determinado en la punta de la aguja, produce una temperatura de hasta 42 grados (radiofrecuencia pulsada, técnica que neuromodula la transmisión nerviosa) disminuyendo el estímulo doloroso, o con radiofrecuencia convencional (temperatura de hasta 80 grados), encaminada a "destruir" la terminación nerviosa, técnica muy útil esta última por ejemplo en el dolor de rodilla refractario no candidato a prótesis de rodilla.

Esta técnica se puede aplicar en diversos lugares de la economía humana, destacando las articulaciones, incluyendo las vertebrales (dolor de origen facetario) causa muy frecuente de lumbalgia crónica degenerativa.

También se ofertan tratamientos de estimulación nerviosa eléctrica percutánea para el tratamiento del dolor neuropático refractario, técnica prácticamente inocua que ofrece grandes resultados clínicos. Un ejemplo de ello es su uso en la cefalea en racimos o la neuralgia occipital.